
Foto: Estudios Revolución.
Por: Tony Díaz
Desde su juventud rebelde, Fidel entendió el deporte como herramienta de emancipación, salud y orgullo patrio. Lo convirtió en derecho del pueblo.
Bajo su liderazgo, Cuba dejó de ser espectadora y se convirtió en protagonista en los escenarios deportivos internacionales, desafiando gigantes con talento formado en casa.
El béisbol, pasión nacional, fue impulsado por Fidel como símbolo de identidad. Su presencia en el Latinoamericano era sinónimo de compromiso y emoción.
El boxeo, el atletismo, las artes marciales, … cada disciplina encontró en la Revolución un terreno fértil para florecer. Fidel apostó por el músculo y la mente.
Hoy, cada medalla ganada por nuestros atletas lleva el eco de su visión: que el deporte no sea lujo, sino derecho. Que el triunfo sea colectivo, no individual.
En este aniversario, el recuerdo de Fidel se multiplica en cada gimnasio, en cada estadio, en cada niño que corre tras un balón. Porque su legado vive… y compite.
Y mientras, se celebran los Juegos Panamericanos Junior en Asunción, Paraguay, los jóvenes atletas cubanos honran su memoria con cada esfuerzo, llevando su bandera y su ideario a lo más alto del podio.
Fidel decía que el deporte era escuela de valores. Y hoy, a 99 años de su nacimiento, esa escuela sigue abierta, formando campeones… y patriotas.
Bajo su liderazgo, Cuba dejó de ser espectadora y se convirtió en protagonista en los escenarios deportivos internacionales, desafiando gigantes con talento formado en casa.
El béisbol, pasión nacional, fue impulsado por Fidel como símbolo de identidad. Su presencia en el Latinoamericano era sinónimo de compromiso y emoción.
El boxeo, el atletismo, las artes marciales, … cada disciplina encontró en la Revolución un terreno fértil para florecer. Fidel apostó por el músculo y la mente.
Hoy, cada medalla ganada por nuestros atletas lleva el eco de su visión: que el deporte no sea lujo, sino derecho. Que el triunfo sea colectivo, no individual.
En este aniversario, el recuerdo de Fidel se multiplica en cada gimnasio, en cada estadio, en cada niño que corre tras un balón. Porque su legado vive… y compite.
Y mientras, se celebran los Juegos Panamericanos Junior en Asunción, Paraguay, los jóvenes atletas cubanos honran su memoria con cada esfuerzo, llevando su bandera y su ideario a lo más alto del podio.
Fidel decía que el deporte era escuela de valores. Y hoy, a 99 años de su nacimiento, esa escuela sigue abierta, formando campeones… y patriotas.
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