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Por: Lenay Barceló
La Dirección General de Banco Metropolitano de La Habana denunció en sus redes sociales un acto vandálico que tuvo lugar en la sucursal 300 localizada en las inmediaciones de Lacret y calzada de Diez de Octubre en el municipio del propio nombre.
Duele ver cómo inescrupulosos aprovecha la difícil situación para agredir los bienes públicos, afectando así no solo a la institición estatal sino a la población que ahora tendrá un cajero menos para optener el cada vez más escaso efectivo.
En la nota oficial el Banco reconoce "las insatisfacciones acumuladas por el déficit de efectivo y deterioro de la red de cajeros automáticos", en la cual insiden la inexistencia de piezas de respuesto, la obsolescencia tecnológica pero también impactan, y mucho, actos delictivos, la crisis económica y el bloqueo financiero estadounidense, recrudecido en los últimos años contra la Isla.
Asegura el Banco Metropolitano que ya suman un número importante de hechos de este tipo lo que ha llevado "a resguardar los cajeros dentro de las propias sucursales o cerrar espacios donde están ubicados para protegerlos", afectando la accesibilidad a los mismos fuera de la jornada laboral, hecho que solo afecta a la población que no puede acceder al servicio en horario diurno.
Por otro lado, aclara la nota de Banco Metropolitano, que "pese a las trabas económicas que impiden la compra de esos cajeros, las dificultades para el retorno del efectivo circulante hacia las instituciones bancarias y el decrecimiento de la fuerza laboral, la entidad sigue instalando nuevos equipos, apostando por la optimización de sus servicios, explotando las vías electrónicas de pago y la banca remota, entre otras estrategias como ruta de enfrentamiento constructivo a la crisis", en virtud de no dejar a su suerte a los múltiples clientes.
Por solo mencionar un ejemplo en el propio municipio Diez de Octubre acaban de ser reemplazados por otros nuevos los tres cajeros de la Sucursal de Concha y Luyanó en el Consejo Popular de igual nombre.
Queda en manos de la ciudadanía y del propio Banco, el cuidado de estos medios, que son instalados para ofrecer un servicio al pueblo, y el vandalismo que sufren por ciudadanos inescrupulosos, cual efecto boomerang, solo afecta a la propia población.
Estamos de acuerdo con la declaración del Banco Metropolitano cuando afirma que "no podemos permanecer indiferentes frente a hechos que agudizan aún más las condiciones de vida de la ciudadanía, lastran los esfuerzos del sector financiero para enfrentar la adversidad y retardan todavía más el desarrollo del país".