Editorial: A 48 años del abominable crimen de Barbados (+ Post)

Diseño: Alejandro Castro Acosta/Radio COCO.

Por: Radio COCO

El abominable crimen de Barbados, ocurrido el 6 de octubre de 1976, representa uno de los momentos más oscuros en la historia de la aviación civil y las relaciones internacionales en el Caribe. 

Ese día, la aeronave CU-455 de Cubana de Aviación fue destruida en pleno vuelo por un atentado terrorista, mientras se dirigía desde Barbados hacia Jamaica, con destino final en La Habana. 

La explosión resultó en la pérdida de 73 vidas inocentes, incluyendo pasajeros y tripulación, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva de Cuba y el mundo. 

Este acto de violencia no solo arrebató vidas, sino que también desencadenó una serie de eventos políticos y legales que continúan resonando hasta nuestros días. 

A pesar de los años transcurridos, el crimen de Barbados sigue siendo un recordatorio sombrío de la vulnerabilidad de la seguridad aérea frente a actos de terrorismo y la importancia de la cooperación internacional para prevenir tales tragedias.

Los responsables del atentado terrorista fueron identificados como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila, ambos de origen cubano al servicio de la tenebrosa Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (EE.UU). 

A pesar de la gravedad de sus acciones, Posada Carriles y Bosch Ávila fallecieron sin haber sido juzgados por este crimen, dejando un legado de impunidad y dolor. 

La ejecución material del atentado fue realizada por los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo, quienes fueron contratados para colocar los explosivos en la aeronave.

Posada Carriles y Bosch Ávila no enfrentaron juicio por este crimen específico, debido a una serie de circunstancias políticas y legales. 

Posada Carriles fue detenido en varios países, pero nunca fue extraditado a Cuba o Venezuela para ser juzgado por el atentado. En Panamá, fue condenado por otros cargos y luego indultado, lo que le permitió viajar a EE.UU., donde vivió hasta su muerte. 

Aunque fue detenido por autoridades estadounidenses, su juicio se centró en acusaciones de fraude migratorio y no por el atentado de 1976. 

Por otro lado, Orlando Bosch fue detenido y encarcelado en la nación norteña por otras actividades terroristas, pero fue liberado y le permitieron vivir en Miami hasta su fallecimiento.

El crimen de Barbados fue la confirmación de la impunidad con que obra contra Cuba y el mundo la Agencia Central de Inteligencia y el Gobierno de Estados Unidos. 

YER

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