Los cubanos del voleibol de playa han jugado un gran torneo con tres éxitos sin revés. Foto: Jit.
Por: Redacción Digital
Apenas unos 30 minutos de partido necesitaron los de la Isla para deleitar con su show a una afición entregada bajo el intenso sol parisino, como ha sucedido desde que pisaron por primera las arenas de la cancha en la cita bajo los cinco aros.
Cambió la vestimenta –ahora con camiseta blanca–, aunque se repitió el guion de las presentaciones anteriores, con Alayo custodiando como un coloso la net y Noslén atacando, pero sobre todo defendiendo con precisión quirúrgica.
“Quiero agradecer a mi compañero por su desempeño desde que comenzó el torneo. El nivel que ha demostrado, punto tras punto… es maravilloso en la defensa y me está facilitando el trabajo”, comentó Alayo sobre el magnífico despliegue de su pareja sobre la arena.
Los sets definidos 21-14 y 21-11 marcaron el amplio dominio cubano en todos los aspectos del juego, a pesar que en esta ocasión fallaron más servicios de los acostumbrados –seis en total–, deficiencia que compensaron con la potencia de ataque que le permitió sumar 30 unidades.
“Es cierto que quizás la confianza te lleva a cometer errores y eso nos pasó, pero nada… nos concentramos y rectificamos”, aclaró Noslén, el más calmado de la dupla. Entre sus varias misiones dentro del juego, le corresponde poner el orden en los momentos de mayor tensión, mientras su compañero “sazona” el partido con un particular carisma que aquí, donde se presume de refinado comportamiento, pocos se han resistido a sumarse al desenfado de un atractivo show.
“Eso es lo que compensa. Tiene que haber un equilibrio, él sabe enfriar la cabeza del equipo y yo levantó el ánimo en los momentos complicados”, admite Alayo, quien durante un tiempo tuvo a Noslén del otro lado de la net, como parte de una rivalidad ahora motivo de bromas.
Después de probar en el voleibol de sala –Alayo como pasador y Noslén de auxiliar–, se unieron en la arena por insistencia de las familias, para regocijo de quienes ahora disfrutamos con sus soberbias actuaciones.
Acaban de incluirse entre las 16 mejores parejas de París 2024 y nadie se aventura a pronosticar cuánto avanzará. Ellos prefieren ir punto a punto, partido a partido, pero en su entorno y un poco más allá predomina el criterio de que cuentan con el arsenal suficiente para llegar más lejos, sin desconocer que por delante tendrán ahora a verdaderos “monstruos” de este deporte.
Antes del cruce con los marroquíes, Díaz y Alayo también habían barrido a fuertes parejas de Estados Unidos y Brasil, en ese orden. El hecho de terminar líderes, invictos y sin ceder ningún set puede facilitarles el próximo paso, aunque para saber quiénes serán sus próximos rivales tendrán que esperar la definición de los terceros lugares que se mantienen en competencia.
“Aquí están las mejores parejas del mundo y bajo los cinco aros todos quieren ganar medallas, cada partido que venga será muy difícil”, sentenció Alayo.
Tomado de Jit
Cambió la vestimenta –ahora con camiseta blanca–, aunque se repitió el guion de las presentaciones anteriores, con Alayo custodiando como un coloso la net y Noslén atacando, pero sobre todo defendiendo con precisión quirúrgica.
“Quiero agradecer a mi compañero por su desempeño desde que comenzó el torneo. El nivel que ha demostrado, punto tras punto… es maravilloso en la defensa y me está facilitando el trabajo”, comentó Alayo sobre el magnífico despliegue de su pareja sobre la arena.
Los sets definidos 21-14 y 21-11 marcaron el amplio dominio cubano en todos los aspectos del juego, a pesar que en esta ocasión fallaron más servicios de los acostumbrados –seis en total–, deficiencia que compensaron con la potencia de ataque que le permitió sumar 30 unidades.
“Es cierto que quizás la confianza te lleva a cometer errores y eso nos pasó, pero nada… nos concentramos y rectificamos”, aclaró Noslén, el más calmado de la dupla. Entre sus varias misiones dentro del juego, le corresponde poner el orden en los momentos de mayor tensión, mientras su compañero “sazona” el partido con un particular carisma que aquí, donde se presume de refinado comportamiento, pocos se han resistido a sumarse al desenfado de un atractivo show.
“Eso es lo que compensa. Tiene que haber un equilibrio, él sabe enfriar la cabeza del equipo y yo levantó el ánimo en los momentos complicados”, admite Alayo, quien durante un tiempo tuvo a Noslén del otro lado de la net, como parte de una rivalidad ahora motivo de bromas.
Después de probar en el voleibol de sala –Alayo como pasador y Noslén de auxiliar–, se unieron en la arena por insistencia de las familias, para regocijo de quienes ahora disfrutamos con sus soberbias actuaciones.
Acaban de incluirse entre las 16 mejores parejas de París 2024 y nadie se aventura a pronosticar cuánto avanzará. Ellos prefieren ir punto a punto, partido a partido, pero en su entorno y un poco más allá predomina el criterio de que cuentan con el arsenal suficiente para llegar más lejos, sin desconocer que por delante tendrán ahora a verdaderos “monstruos” de este deporte.
Antes del cruce con los marroquíes, Díaz y Alayo también habían barrido a fuertes parejas de Estados Unidos y Brasil, en ese orden. El hecho de terminar líderes, invictos y sin ceder ningún set puede facilitarles el próximo paso, aunque para saber quiénes serán sus próximos rivales tendrán que esperar la definición de los terceros lugares que se mantienen en competencia.
“Aquí están las mejores parejas del mundo y bajo los cinco aros todos quieren ganar medallas, cada partido que venga será muy difícil”, sentenció Alayo.
Tomado de Jit
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París 2024