Humanismo es la palabra de orden en Cuba

Algunos  choferes son expertos en evitar ayudar al pueblo Foto: PL

Por: Leonel José Pérez Peña

A esta y a cualquier hora de los  7 días de la semana, las paradas de ómnibus permanecen abarrotadas, y si no hay un inspector, entonces las cosas se complican. Al parecer, está de moda la falta de sensibilidad en muchos choferes. Una actitud que contrasta con los esfuerzos del Estado por encontrar un paliativo a la situación del transporte.

Es conocido por todos la ausencia de neumáticos, baterías, lubricantes y combustibles para la transportación de carga general y de pasajeros. Pero, si a esas necesidades le añadimos que muchos medios de transporte estatales, que si están circulando con capacidad, no recojan a nadie en las paradas, el panorama se ensombrece mucho más.

¿Cómo es posible tanta insensibilidad de quien goza de un bien que no es propio, y se comporta egoístamente al no tener la amabilidad, por propia iniciativa, de brindarle un aventón  a los que llevan horas esperando?

Algunos  choferes son expertos  marcando ruta con los dedos para no parar cuando alguien le pide botella; otros solo detienen la marcha cuando se lo exige  el inspector. Sin embargo, también existen quienes, con una sonrisa, ponen la sensibilidad por encima de todo. Esos son el ejemplo que debemos aplaudir.

La Dirección de Inspección del Transporte ha estipulado que los choferes de vehículos estatales que no se sumen al llamado de trasladar a la población, cuando estén en condiciones de hacerlo, pueden recibir sanciones administrativas que los llevan, incluso, a separación temporal  de su puesto si son conductores profesionales. 

Pero eso solo ocurre con los que se notifican, que son la minoría. Para el resto solo cuenta el tribunal de la conciencia, que quizás les recuerde que ellos también son de la mayoría, de los de a pie, aunque a veces no lo parezcan.

 

 

  

 

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