Giraldo Córdova Cardín: legado de un campeón forjado en la adversidad

Giraldo Córdova Cardín. Foto: Archivo.

Por: Tony Díaz

Desde la cuna de la pobreza y la discriminación emergió un campeón. Giraldo Córdova Cardín comenzó a entrenar boxeo a una temprana edad, siguiendo el derrotero de su padre, el semiprofesional Chacho.

A pesar de las dificultades económicas que lo obligaron a trabajar en una refinería y en autobuses para ayudar con los gastos del hogar, bebió con devoción los textos del Héroe Nacional José Martí, encontrando en ellos tanta fuerza como en los ejercicios del gimnasio.

El marianense, parte de la población negra preterida, se convirtió en un peso mediano formidable, ganando siete peleas en la Arena Rafael Trejo, ubicada en el municipio capitalino La Habana Vieja, de donde han salido púgiles campeones olímpicos y mundiales.

Opuesto a la tiranía de Fulgencio Batista desde el golpe militar del 10 de Marzo de 1952, Cardín se unió a una célula liderada por Fernando Chenard Piña, parte del movimiento revolucionario creado por Fidel Castro.

Como miembro de la Generación Centenario, Cardín participó en el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953. En ese acto de valentía fue asesinado.

Hoy, su legado perdura. Una escuela de formación de atletas de alto rendimiento lleva su nombre. En ella entrenan alrededor de 300 estudiantes del país.

Varios de los ellos forman parte de la delegación deportiva que desfilará este 26 de julio en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.

En la Ciudad de la Luz del río Sena, el espíritu del gran boxeador que solo perdió una pelea estará presente.

Giraldo Córdova Cardín renunció a su duelo pactado en la sala Trejo de La Habana Vieja en 1953, pero ganó el olimpo de los hombres defensores de la libertad.

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