En la Capilla de San José, de La Habana, funciona un grupo de Alcohólicos Anónimos. Foto: Ha Nguyen Hoang/Blog Isla al Sur. |
Por: Liliam López Cruz
Ya has tocado fondo, admites que eres impotente ante esta terrible enfermedad, has perdido el sano juicio, entonces es momento de decir basta y de abrirte nuevas puertas hacia la vida, de convivir en una sociedad de la cual tú mismo te excluiste.
Ante el deseo de dejar de beber, muchas personas adictas llegan a la comunidad de Alcohólicos Anónimos (A.A.), donde encuentran la fortaleza y la esperanza para llevar una vida sobria cada día. Es un espacio en el que cambias tus juicios, actitudes, das lo mejor de ti y recibes lo mejor de otros.
A.A. mantiene el anonimato de cada integrante. Hombres y mujeres de todas las edades, de cualquier procedencia, tanto cultural, política y económica, abren su mente al hecho de vivir sin alcohol, sobre el cual no tienen control, según impresiones en el siguiente audio:
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