La Habana necesita dejar de ser un basurero

Foto tomada del sitio web del periódico Tribuna de La Habana.

Por: Liliam López Cruz

Las esquinas, aceras y lugares coloridos de La Habana han perdido su esplendor por el cotidiano vertimiento de basura, creando grandes lomas de desperdicios que llegan a ocupar casi todas los espacios de tránsito cotidiano.

Lo cierto es que día tras día se agudiza la acumulación de desechos sólidos en cada rincón de la ciudad y no se avizora una mejoría a corto plazo.

La falta de personal, la escasez de piezas de repuesto para los equipos y la poca disponibilidad de combustible siguen siendo los principales factores que inciden en este creciente fenómeno.

La Habana, Ciudad Maravilla, necesita con urgencia ser limpiada de tanto desperdicio, que se desborda por las avenidas y por fuera de los tanques, víctimas de las indisciplinas sociales que agudizan más el problema.

Si bien, la Dirección de Servicios Comunales en la urbe citadina y de cada territorio son los actores directos en su recogida sistemática, la población, como principal beneficiada, debe ser más empática ante este escenario, pues en ocasiones depositan el desperdicio cuando el tanque está vacío.

Es imperioso un control ante esta crisis de la basura, que afea y mancha la imagen de nuestro entorno y atenta contra la vida saludable de la mayoría de las personas, sin dejar de mencionar el mal olor que se impregna en la ropa y la piel.

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