Batalla de Ideas: necesidad de retomar sus paradigmas

Imagen tomada del periódico Escambray.

Por: Leonel José Pérez Peña

No podemos ser huérfanos de ideas en este momento crucial que vivimos. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz diseñó la Batalla de Ideas en 1999, cuando el pueblo reclamaba el retorno del niño Elián González. A partir de ese suceso se extendió por un largo período, como una ofensiva  política para profundizar la participación de los trabajadores y el pueblo, en general, en importantes tareas de la Revolución.

Mediante la Batalla de Ideas surgieron programas de construcción y reparación de escuelas, la Biblioteca Familiar, los dos canales educativos de la Televisión Cubana, y se perfeccionaron métodos y estilos de trabajo, propiciando así un mayor dinamismo en los procesos administrativos, que apuntaban hacia la calidad de vida de los ciudadanos.

Actualmente, es necesario revivir esa ofensiva política para profundizar las acciones, garantizar la búsqueda efectiva de soluciones a los problemas actuales con la participación popular, porque es el pueblo el que tiene la visión acertada y la solución de muchas de sus problemáticas, conjuntamente con el Gobierno y el Estado.

De este modo, se propiciaría que la sabia popular busque soluciones y que el Gobierno aporte los recursos para garantizar la efectividad del programa alimentario y así eliminar la escasez y los precios abusivos en el mercado. 

Es pertinente poner en práctica esta idea respaldada por la Ley de Soberanía Alimentaria y Nutricional; solo falta llegar a un acuerdo con los productores, tanto privados como estatales, y poner a su alcance los insumos que se requieran para lograr, de una vez, el salto productivo que demanda el pueblo.

Otro de los temas de alta demanda popular es la construcción y reparación de viviendas. Ahí se demanda de una visión contemporánea, que vincule a los nuevos actores económicos con las necesidades reales del pueblo, y no como el surgimiento de nueva casta de mercaderes que llenan de confituras y bebidas alcohólicas a nuestros barrios. 

Imagen tomada de Radio Habana Cuba. 

El "emprendedor" que necesita el pueblo -hay que localizarlo y autorizarlo a que opere- debe ser aquel que también piense en elevar la calidad de vida del ciudadano y no solo en fomentar su riqueza. El Gobierno y el Estado deben darle prioridades a ese emprendedor, crear alianza con él para que contribuya a los objetivos estratégicos de la nación y juntos encuentren soluciones a los problemas sensibles de los ciudadanos.

Se puede encontrar un potencial para encaminar las soluciones de los problemas sensibles que tenemos hoy, porque en el pueblo están las ideas de cómo construir el país que nos merecemos y queremos. 

No es estéril la expresión popular surgida en el homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro, y si hacemos realidad la consigna “Yo soy Fidel”, entonces daremos continuidad a sus ideas, que es una batalla del día a día, y solo entonces, todos seremos actores y protagonistas del despegue en lo económico y lo social. 

AMC

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