Foto: Prensa Latina.
Por Víctor Joaquín Ortega
Nuestra compatriota es una flecha. Dio en el blanco: se convirtió en la mujer más veloz del estos Juegos Panamericanos con 11. 35 segundos. También hubo sorpresa hasta en sus propias filas. No digo yo para sus contrarias, algunas de ella más veteranas y de fogueo superior.
Hemos hecho historia en la prueba reina de estas citas. Entre los hombres con Rafael Fortún vibrando en la memoria: el primer as de la inicial fiesta continente y para muchos el más destacado de la cita, cuando triunfó en los 100 y los 200 en Buenos Aires 1951 con 10.6 y 21.3 segundos. Y agregó plata en el relevo al juntarse con Jesús Farrés, Ángel García y Raúl Mazorra (41.2), solo superado por los estadounidenses Campbell, Attlesey, Voight y Bragg: 41.0.
En las pruebas individuales, entre sus víctimas el jamaiquino Herbert McKenley, uno de los corredores más grandes de todos los tiempos, varias veces medallista olímpico e incluso el gran protagonista de la victoria de su colectivo de relevo 4x400 en Helsinki 1952, con récord mundial incluido: 3:03.9 minutos.
Después, varios herederos dignísimos del camagüeyano con Enrique Figuerola, Silvio Leonard y Leandro Peñalver a la cabeza, sin negar a Skyers, Stevens, Isasi, Mayola, García, Lamelas Aguilera… Ah, caímos en un bache del cual no hemos salido.
¿Nuestras mujeres más rápidas? Al frente la gran Miguelina Cobián con una hoja de servicios destacada en el clásico americano y la plata del relevo 4x100 en la magna competencia olímpica de México 1968 como su principal conquista. No puede olvidarse a Silvia Chivás, quien llegó al bronce individual y en la batalla del cambio de batón en Múnich 1972, además de otros logros.
Tampoco puede quedar fuera del recuerdo Liliana Allen, la primera y última cubana vencedora en los 100 metros planos: La Habana 1991 con 11.39, aunque posteriormente prefiriera representar al país de los aztecas. En la lid escenificada en la capital cubana añadió el cetro en los 200 (23.11) y el segundo sitio del relevo corto (44.31). Mar del Plata 1995, actuando por su patria todavía, dominó los 200, contendiente plateada en 100 y el relevo.
El tiempo de la campeona en Santiago 2023 en la más espectacular prueba atlética no tiene la altura de la etapa. Ni su triunfo y el sexto escalón de su coterránea Enig Pérez en la misma distancia demuestran haber emergido del hueco entre las muchachas, pero traen una luz preciosa.
Si trabajamos muy bien con ellas, buscamos mayor masividad y le aplicamos la ciencia y la técnica correctamente, la esperanza y los anhelos pueden cristalizar.
Hemos hecho historia en la prueba reina de estas citas. Entre los hombres con Rafael Fortún vibrando en la memoria: el primer as de la inicial fiesta continente y para muchos el más destacado de la cita, cuando triunfó en los 100 y los 200 en Buenos Aires 1951 con 10.6 y 21.3 segundos. Y agregó plata en el relevo al juntarse con Jesús Farrés, Ángel García y Raúl Mazorra (41.2), solo superado por los estadounidenses Campbell, Attlesey, Voight y Bragg: 41.0.
En las pruebas individuales, entre sus víctimas el jamaiquino Herbert McKenley, uno de los corredores más grandes de todos los tiempos, varias veces medallista olímpico e incluso el gran protagonista de la victoria de su colectivo de relevo 4x400 en Helsinki 1952, con récord mundial incluido: 3:03.9 minutos.
Después, varios herederos dignísimos del camagüeyano con Enrique Figuerola, Silvio Leonard y Leandro Peñalver a la cabeza, sin negar a Skyers, Stevens, Isasi, Mayola, García, Lamelas Aguilera… Ah, caímos en un bache del cual no hemos salido.
¿Nuestras mujeres más rápidas? Al frente la gran Miguelina Cobián con una hoja de servicios destacada en el clásico americano y la plata del relevo 4x100 en la magna competencia olímpica de México 1968 como su principal conquista. No puede olvidarse a Silvia Chivás, quien llegó al bronce individual y en la batalla del cambio de batón en Múnich 1972, además de otros logros.
Tampoco puede quedar fuera del recuerdo Liliana Allen, la primera y última cubana vencedora en los 100 metros planos: La Habana 1991 con 11.39, aunque posteriormente prefiriera representar al país de los aztecas. En la lid escenificada en la capital cubana añadió el cetro en los 200 (23.11) y el segundo sitio del relevo corto (44.31). Mar del Plata 1995, actuando por su patria todavía, dominó los 200, contendiente plateada en 100 y el relevo.
El tiempo de la campeona en Santiago 2023 en la más espectacular prueba atlética no tiene la altura de la etapa. Ni su triunfo y el sexto escalón de su coterránea Enig Pérez en la misma distancia demuestran haber emergido del hueco entre las muchachas, pero traen una luz preciosa.
Si trabajamos muy bien con ellas, buscamos mayor masividad y le aplicamos la ciencia y la técnica correctamente, la esperanza y los anhelos pueden cristalizar.
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