Ni sanciones ni bloqueos podrán apagar nuestra alegrÃa. Foto: Ismael Batista RamÃrez/Sitio web del periódico Granma. |
Por: Redacción Digital
Con la moral y la dignidad como
escudos, y con la certeza absoluta de que la razón nos asiste, vuelve
Cuba al escenario de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para denunciar y poner al
descubierto el que se considera como el genocidio más largo de la
historia: el bloqueo de Estados Unidos contra su pueblo.
Como cada año, nuestro paÃs expondrá ante el mundo la esencia de esta
polÃtica genocida, contraria a todo principio de libre determinación y
soberanÃa de los pueblos. Un vil intento de doblegar la voluntad de los
cubanos, mediante la violación sistemática, y sostenida en el tiempo, de
sus derechos humanos, bajo el hipócrita y ridÃculo pretexto de que cada
medida está pensada para derrocar al Gobierno, y no para someter a sus
millones de habitantes.
La Resolución cubana ha recibido históricamente el apoyo mayoritario
de los Estados miembros de la ONU. Los pronunciamientos allà de la mayor
de las Antillas, en relación con esta cruel polÃtica unilateral, han
permitido al mundo conocer las intenciones reales, puramente
intervencionistas, colonizadoras y con aspiraciones anexionistas, que
representa el bloqueo.
Esas verdades, dichas con total valentÃa y transparencia, han hecho
posible que el apoyo a Cuba, y el rechazo a lo que sus promulgadores
llaman tÃmidamente "embargo", para minimizar su alcance y dolorosas
consecuencias, se salga del marco de la sede del organismo
internacional, y se convierta en una exigencia desde los más diversos
rincones del planeta, amén de culturas, religiones e incluso filiaciones
polÃticas.
Más allá de las asombrosas cifras que contabiliza hoy este paÃs en
materia de daños económicos causados por el bloqueo, lo más doloroso es
el perjuicio a todo un pueblo, a su bienestar, a sus expectativas y a
sus proyectos de vida.
Resulta vergonzoso e inentendible que la elección de un sistema
alternativo, de un modelo que pone al ser humano en el centro de sus
prioridades, sea motivo de tanto odio por parte del imperio más poderoso
que se haya conocido. La respuesta no solo pasa por sus intereses
geopolÃticos, se trata de una herida mortal a su prepotencia, se trata
de la más digna demostración de independencia, de determinación y
principios que jamás han conocido.
Por eso, en la voz de nuestro titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bruno RodrÃguez Parrilla, estará la de todo un pueblo
al que ningún bloqueo va a convertir jamás en esclavo, pero exige su
derecho a que se levante de una vez esa barrera, que es, sin duda
alguna, el principal obstáculo para nuestro pleno desarrollo como
nación.
Otro dÃa histórico vivirá esta Isla, otro en el que lo justo hablará
más alto una vez más; otro en el que, sin duda alguna, el mundo volverá a
decirle NO al bloqueo contra Cuba.
Revisar
bloqueo contra cuba