Foto tomada del sitio web de TV Santiago.
Por: Redacción Digital
La Habana, como una de las 15 provincias de Cuba, cuenta con historias, anécdotas, hechos y procesos que no se detienen, para demostrar su vitalidad.
En fecha como esta, pero en diversos años, en la Ciudad Maravilla tuvieron lugar distintos acontecimientos que marcan su devenir y que resultan de gran interés para los usuarios que visitan nuestro blog institucional.
Por ejemplo, en 1897, durante la guerra de independencia, fuerzas de la Brigada Centro realizan una incursión en la periferia de la capital, específicamente en el actual consejo popular Luyanó, llegando al Tejar de Otero, en lo que hoy se conoce como Jacomino, en el municipio San Miguel del Padrón.
Luego, en 1901, se celebra en la ciudad la reunión inaugural de la Liga contra la Tuberculosis, presidida por el doctor Joaquín Jacobsen y Cantos.
Según él, en Cuba, a la etiología de la enfermedad se le agregaba un nuevo factor agresivo: la industria tabacalera. Existían numerosas fábricas de tabacos y cigarros repartidas por toda la isla, en la urbe habanera, por ejemplo, había 150 fábricas (110 de tabacos y 40 de cigarros) y vivían de ellas 20 mil obreros; esto era alrededor de 1907.
Foto tomada de la enciclopedia EcuRed.
Además, en 1921, el luchador japonés Mitsuyo Maeda (Conde Koma) derrota en el capitalino Teatro Payret al luchador español Pablo Álvarez (el Español Incógnito).
De igual forma, en 1960, el Gobierno revolucionario dicta la Ley de Reforma Urbana, que puso fin al desastroso panorama de la vivienda que sufrieron decenas de miles de familias en la nación caribeña, sobre todo las más humildes.
A través de ella se le concedió de inmediato la propiedad de los inmuebles que habitaban a 200 mil familias cubanas, mientras que otras 320 mil que tenían problemas de ilegalidades en sus hogares fueron también beneficiadas con el título de propietarios a partir de 1989.
Fue sustituida en 1989 por la Ley General de la Vivienda, que con sus modificaciones a lo largo de estos años ha cumplido con el principio, que el derecho de propiedad personal sobre la vivienda no es ni puede ser mecanismo de enriquecimiento ni de explotación.
La Ley de Reforma Urbana tuvo también el privilegio de que con su promulgación quedaba cumplido en lo esencial el Programa del Moncada.
Fuentes consultadas: Enciclopedia cubana EcuRed y sitio web Cubaperiodistas
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