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Por: Abel Rosales Ginarte
El 16 de octubre de 1953 el joven abogado Fidel Castro levanta sus ojos ante los jueces. La provincia de Santiago de Cuba, estremecida meses antes por el Asalto al Cuartel Moncada —liderado por él—, se mantiene en vilo. La ciudad rebelde junto al alma de sus hijos siente el influjo transformador.
El histórico alegato La historia me absolverá, en boca del joven revolucionario define la vocación humanista de un auténtico lÃder. Desenmascaró al gobierno imperante y expuso las grandes dificultades que aquejaban a Cuba: el problema de la tierra, de la industrialización, de la vivienda, el desempleo, la educación y la salud.
Ese dÃa surgió una agenda polÃtica revolucionaria que alcanzó su punto culminante para su puesta en marcha el 1 de enero de 1959 con el triunfo de la Revolución Cubana. Imposible olvidar el aplomo y la fuerza de las palabras de Fidel el histórico 16 de octubre, hace 70 años: “Condenadme, no importa, la hisoria me absolverá”.
La juventud le otorgó fortaleza vital y su conciencia, el poder necesario para sujetar las riendas de su destino y el de la nación toda. Cinco soluciones anunció ese dÃa: la reforma constitucional, otorgar tÃtulos de tierras a los campesinos, ofrecer a los obreros la participación en el 30 por ciento de las utilidades de las grandes empresas y confiscar los bienes de los gobernantes para las cajas de jubilación, hospitales y asilos.
Desde ese dÃa Cuba no fue la misma. Fidel fue sentencia a prisión, pero su histórico alegato se extendió como pólvora silenciosa por el paÃs hasta concretar su verdadero legado, convencer a las nuevas generaciones de la necesidad de una Cuba nueva, independiente, donde la soberanÃa alcanzara a todos los sectores sociales.
Siete décadas han pasado y la voz del joven abogado sigue latiendo en las arterias de su paÃs y de América Latina. Sus ideas relacionadas con la agenda polÃtica y social continúan vigentes.
Ese dÃa surgió una agenda polÃtica revolucionaria que alcanzó su punto culminante para su puesta en marcha el 1 de enero de 1959 con el triunfo de la Revolución Cubana. Imposible olvidar el aplomo y la fuerza de las palabras de Fidel el histórico 16 de octubre, hace 70 años: “Condenadme, no importa, la hisoria me absolverá”.
La juventud le otorgó fortaleza vital y su conciencia, el poder necesario para sujetar las riendas de su destino y el de la nación toda. Cinco soluciones anunció ese dÃa: la reforma constitucional, otorgar tÃtulos de tierras a los campesinos, ofrecer a los obreros la participación en el 30 por ciento de las utilidades de las grandes empresas y confiscar los bienes de los gobernantes para las cajas de jubilación, hospitales y asilos.
Desde ese dÃa Cuba no fue la misma. Fidel fue sentencia a prisión, pero su histórico alegato se extendió como pólvora silenciosa por el paÃs hasta concretar su verdadero legado, convencer a las nuevas generaciones de la necesidad de una Cuba nueva, independiente, donde la soberanÃa alcanzara a todos los sectores sociales.
Siete décadas han pasado y la voz del joven abogado sigue latiendo en las arterias de su paÃs y de América Latina. Sus ideas relacionadas con la agenda polÃtica y social continúan vigentes.
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