El alma feliz de Alfredo Sosabravo

Imagen tomada del periódico Trabajadores.

Por: Abel Rosales Ginarte

Frente a sus obras se puede percibir la grandeza del arte. El pintor, dibujante, grabador y ceramista, Alfredo Sosabravo, recrea un universo colorido que nos hace recordar el arcoiris caribeño en toda su plenitud. Vino al mundo en la central provincia cubana de Villa Clara, en la localidad de Sagua la Grande, el 25 de octubre de 1930.

Las intensas noches de estudio y dedicación del joven Alfredo entre 1955 y 1957 rindieron frutos extraordinarios. Mientras realizaba los más variados oficios, luego de emigrar a La Habana con su padre, estudia en la Escuela Elemental de Artes Plásticas Aplicadas, anexa a la Academia de Artes Plásticas San Alejandro.

Expone por vez primera en 1959 y desde entonces su camino en el universo de las artes visuales ha sido imparable. Premios y reconocimientos coronan la autenticidad de un artista que encontró su propia identidad. Sosabravo entendió que sin el constante afán de perfección un artista pierde su camino.

Profesor Honoris Causa por el Instituto Superior de Arte de La Habana, la universidad de las artes en Cuba, recibió en 1997 el Premio Nacional de Artes Plásticas que confiere el Consejo Nacional de las Artes Plásticas del Ministerio de Cultura de la isla.

Piezas del gran Alfredo Sosabravo prestigian a instituciones y colecciones privadas dentro y fuera de Cuba. La Casa de las Américas, Colección Ediciones Pirella, en Italia, el Gabinete de las Estampa, en Alemania, y el Museo Nacional de Bellas Artes, en el municipio Habana Vieja, la parte más antigua de la capital cubana.

A la originalidad inagotable de Sosabravo debemos agregar su frescura, creatividad y humor que palpita en sus obras. La diversidad de las técnicas que asume se convierte en un suceso único que el propio artista ha confesado en una entrevista:

"Quiero que la gente identifique mis piezas en el tiempo. Allí están las modas, pasadas por un tamiz que las convierte en mías. El pop, el art brut... Las modas cambian de nombre y de época, yo sigo haciendo lo mismo, incorporando nuevos elementos".

Maestro en el arte y en la vida, Alfredo Sosabravo nos enseña con su entrega ilimitada el valor de un alma feliz que ilumina al arte y salta en espirales de inmortalidad ante los ojos del mundo.

AMC

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