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| Rafael Lay Apesteguía. Foto tomada del periódico 5 de Septiembre. |
Por: Abel Rosales Ginarte
Esta es la historia de un niño que a los siete años le pidió a los Reyes Magos un violín. Tuvo que esperar dos años para alcanzar su sueño, porque su familia era muy pobre. El nacimiento de Rafael Lay Apesteguía, gran violinista, arreglista y director de la legendaria Orquesta Aragón, trajo grandes alegrías a Cuba. El 17 de agosto de 1927 fue un día luminoso en la central provincia de Cienfuegos.
Lay Apesteguía comenzó a dirigir la Aragón en 1948 y ya en 1955 estaban en La Habana con su estilo irrepetible. Estableció un sello clásico, elegante y muy antillano con su orquesta. Auténticos ritmos de la Isla llegaron a la radio y la televisión con el cubanísimo estilo de la agrupación.
Desde los más importantes escenarios y teatros del país Rafael llevó a su orquesta hasta los más impresionantes sitios del mundo, como el Avery Fisher Hall del Lincoln Center de Nueva York, el Conservatorio Chaikovsky de Moscú, el Teatro Olympia de París, la Exposisión Mundial de Osaka, Japón, entre otros.
Entendió lo cubano y lo convirtió en fabulosos sonidos que actualmente distinguen a la orquesta que supo moldear con su poderoso talento. Cultivó casi todos los géneros de la música popular cubana y asimiló textos y arreglos de buen gusto. Los reconocimientos en el extranjero no limitaron su apego a las raíces de la nación caribeña.
Rafael Lay Apesteguía prestigia a los buenos tiempos de la música en América Latina. Trabajó la solidaridad y el colectivismo en su orquesta. Con la humildad de los grandes maestros, se convirtió en un sello de cubanía incomparable. En cualquier lugar del mundo, la orquesta Aragón lleva los colores, el apego por la tierra y los profundos sentimientos musicales que él estableció. Actualmente su hijo, Rafelito Lay, y su nieto mantienen el legado y la tradición.
Su vida es una historia inspiradora que demuestra que todos los sueños son posibles. Cuando dijo adiós a este mundo el 13 de agosto de 1982 Cuba toda se estremeció con la noticia. Es que así pasa con los grandes que lo entregan todo con el sentimiento más valioso que debe llevar todo ser humano: el amor a la tierra donde ha nacido.
En video, homenaje a Rafael Lay Apesteguía:
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