Palabras que lesionan el ámbito deportivo (Parte II)

Foto: Comunicare.es.

Por: Víctor Joaquín Ortega

En este sitio lancé una ofensiva contra varias palabras que lesionan la Cultura Física, especialmente en su parte competitiva. Desgraciadamente hay muchas más que las aludidas entonces.

Se usa con frecuencia llamar fanáticos a los seguidores de un equipo, deporte o atleta. La prensa no escapa. Craso error en contenido y forma. No pocas veces se dice además fanaticada, cuando lo correcto es utilizar las palabras aficionados, afición, admiradores, seguidores.

El fanático tiene de lunático y lo es quien en cualquier esfera de la existencia defiende con desmedido apasionamiento una causa, idea, obra o suceso con gran ceguera, ganado por la emoción excesiva y alejado del análisis.

Nicolás Chauvin es un ejemplo: por eso el chovinismo es sinónimo del patrioterismo. En el próximo párrafo iré al deporte y en un tiempo mucho más cercano.

Cuando Industriales estabas ahogándose en el fondo de la tabla en la 62 Serie Nacional de Béisbol actual escribí un comentario para criticar sobre todo a quienes abrazados al fanatismo arremetían contra su equipo con pensamientos terribles y hasta un lenguaje a la altura de lo atroz.

Cuando se ama un conjunto hay que demostrarlo en las buenas, las malas y más cuando las cosas no salen bien. El estadio Latinoamericano se vio afectado por el vacío no solo por la baja calidad de los encuentros. La pasión ciega, esta enajenación suele golpear así. ¿Qué dirán ahora con la labor de este seleccionado que necesitaba del impulso, de la comprensión de sus seguidores y no lo tuvo siempre?

También me pregunto, ¿por qué pululan en los medios y en las conversaciones, expresiones como las siguientes: “Ese lanzador tiene una recta envidiable para nuestro béisbol actual”, “el bateador posee un punch envidiable”, “¡cómo no envidiarle esas cualidades defensivas!

¿Por qué no hacerlo de esta manera? “Tiene una recta admirable”, “posee un punch admirable”, “¡cómo no admirarle esas cualidades defensivas!”. La envidia jamás será bienvenida, la admiración claro que sí.

La envidia es una “bestia” que destroza y quien es atrapado por ella es capaz de acciones mezquinas. No debe tener cabida con supuestas connotaciones positivas en las frases deportivas, ni de otros ámbitos expresadas, mucho menos en quienes comunican de forma profesional.

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