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Por: Abel Rosales Ginarte
Asomarse a su huella es tocar lo más sensible de la identidad cubana. Fernando Ortiz nació en La Habana con toda la fuerza cenital de nuestro sol, el 16 de julio de 1881, y acudieron a su nacimiento los misterios de la "Cuba secreta". Los estudios realizados en la Isla y España abrieron los caminos del gran antropólogo, jurista, arqueólogo y periodista cubano.
Investigador profundo, se adentró con notables resultados en las fuentes de lo cubano. Desde allà el gran etnólogo, lingüista, musicólogo, folklorista, economista, historiador, criminólogo y geógrafo defendió lo más puro del alma cubana.
Considerado el tercer descubridor de la mayor de las Antillas, Ortiz posee una obra inmensa declarada Patrimonio Cultural de la Nación. Los procesos de transculturación y formación histórica de la nacionalidad cubana llevan su espÃritu acusioso.
Foto tomada del sitio web de la Fundación Fernando Ortiz |
En 1940, en su obra fundacional Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, introduce el concepto transculturación, y doce años después inicia la publicación de la monumental obra en cinco tomos, Los instrumentos de la música afrocubana.
Su impresionante labor cientÃfica recoge valiosas investigaciones sobre la mitologÃa indocubana y la presencia africana en el paÃs. Ortiz, reivindicó la causa de los negros en Cuba y nuestra herencia indigenista.
El engaño de las razas, una de sus creaciones, fue preparada en 1944 y posee una vigencia total en este siglo XXI. En ella hace referencia a lo insostenible de las posiciones relacionadas con la discriminación por el color de la piel.
Desde el 21 de septiembre de 1995, la Fundación Fernando Ortiz, que radica en Habana Vieja, la parte más antigua de la capital cubana, se dedica al estudio y divulgación de la vida y obra del estudioso y al desarrollo de investigaciones cientÃficas sobre la identidad cultural cubana.
Ortiz nos define como un "ajiaco", y lo hizo en clara referencia a la mezcla y cocción sistemática de todos los ingredientes puestos en una cazuela abierta y elaborados a fuego lento, para obtener un caldo sustancioso, y no a la simple colocación de los elementos sin lograr su integración.
Bajo este mismo sol que recibió al espÃritu indagador, rebelde y justiciero de Fernando Ortiz el 16 de julio de 1881, continuamos escuchando su voz, entendiendo su legado descubridor de esencias.
AMC