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| Foto: Jit. |
Por Redacción Digital
Después de poner a buen recaudo las primeras preseas de la delegación en los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, con sede en esta ciudad, los tenimesistas oficializaron con oro y plata la entrada de Cuba al medallero.
Siempre se escribe mejor la victoria, esta vez firmada por un equipo de jóvenes y corajudas mujeres, aunque a la presea de plata conquistada por los varones le acompaña también un alto mérito.
Lo vivido este viernes en el Complejo Deportivo El Polvorín, en El Salavdor, rozó la locura con un pulso cubano-boricua tan bonito como los históricos lazos de hermandad que unen a estas islas caribeñas.
Sobre la mesa se sirvió la discusión de las coronas, mientras que en el graderío las hinchadas compartían entre gritos de ánimo y desencantos, según fuera el caso.
La mejor parte corrió a cargo de las alumnas de Dobay Carmona, autoras de un resultado fuera de cálculos basado en los resultados anteriores y el calibre de las rivales.
Para las boricuas, defensoras del cetro conquistado en Barranquilla 2018, la presencia de la estelar Adriana Díaz en sus filas era suficiente garantía para saberse con amplias posibilidades de repetir el reinado.
Pero ni el reconocido nivel de esta jugadora, dueña del escaño 11 del ranking mundial, fue suficiente para sostener las aspiraciones, pues las inspiradas cubanas sacaron provecho de su estrategia en el partido de dobles, clave para el desenlace final.
Contra todo pronóstico, Idalys Lovet y Estela Crespo sometieron 3-1 sets a Melanie Díaz y Brianna Burgos. Desde entonces comenzó a “cocinarse” la hazaña.
Mirada en retrospectiva, muy clara la apuesta a ese triunfo inicial, pues se asumió que poco se haría en los duelos individuales contra Adriana, como quedó demostrado cuando barrió en cómodos sets a Daniela Fonseca, nuestra mejor carta.
Idalys volvió a cumplir con su rol con un 3-0 sobre Brianna, dejando otra vez la escena lista para que Daniela se encargara del destino con Melanie del otro lado de la mesa.
El último tanto, la raqueta al piso. El alivio, señal de que ese 3-1 era todo lo necesario para disfrutar un resultado que mejora con creces el bronce conseguido hace cinco años.
“Ni clasificar para los juegos olímpicos fue tan emotivo como esto, aquí cada punto mereció la pena”, dijo Fonseca más calmada tras la enorme responsabilidad que asumió como primera raqueta de este equipo.
En medio de la euforia, ella recordó a todos que desde Maracaibo 1998 un equipo femenino cubano no lograba un título en estas lides, pues los metales de bronce en Veracruz 2014 y Barranquilla 2018 aparecían como los premios más recientes.
Lizdainet Rodríguez completó la formación de un elenco que debió jugar hasta el quinto partido en tres de los cinco matches celebrados, incluido uno muy complicado ante México en semifinales, esta propia mañana, salvado in extremis por la debutante Estela.
“Creo que ese partido fue hasta más importante que el de la final”, confesó el preparador Carmona, quien tuvo que variar sobre la marcha la estrategia inicial, un riesgo que a la postre le tributó el mejor de los resultados.
Los cubanos se quedaron esta vez con la medalla de plata, pero con la satisfacción de haber repetido podio en estas justas. Quizás para ellos la celebración no tenga un sabor tan dulce teniendo en cuenta que cedieron la corona acaparada en la urbe cafetera, y estuvieron cerca de conservar el reinado.
“Este equipo de Puerto Rico está más hecho que el de hace cinco años, sabíamos que era muy difícil y que el doble iba a ser fundamental y no se nos dio”, valoró ante los medios Andy Pereira, el más experimentado del conjunto, luego del 1-3 del cierre que favoreció a los boricuas.
La combinación de Jorge Moisés Campos y Liván Martínez cedió en cuatro parciales ante Bryan Afanador-Daniel González en el mismo arranque. Y aunque Andy sacó luego el extra para emparejar las acciones con un 3-2 frente a Ángel Naranjo, en lo adelante las cosas no salieron como esperaban.
Liván cayó 2-3 versus Daniel y en su segunda presentación Andy no pudo contrarrestar con efectividad el saque de Afanador, y terminó firmando la capitulación de los suyos.
La plata vale, y mucho, pero es lógico que quede el amargo sabor de no igualar la hazaña de sus compañeras. No obstante, quedan por delante otras oportunidades para seguir sumando premios. Esta misma tarde comenzaron las eliminaciones del evento individual y el venidero sábado iniciarán los duelos de dobles y dobles mixtos.
Los tenimesistas de Cuba apuntan a nuevos éxitos. Aportar las primeras medallas de oro de la delegación puede ser el impulso necesario para lograrlos.
Tomado de Jit
Lo vivido este viernes en el Complejo Deportivo El Polvorín, en El Salavdor, rozó la locura con un pulso cubano-boricua tan bonito como los históricos lazos de hermandad que unen a estas islas caribeñas.
Sobre la mesa se sirvió la discusión de las coronas, mientras que en el graderío las hinchadas compartían entre gritos de ánimo y desencantos, según fuera el caso.
La mejor parte corrió a cargo de las alumnas de Dobay Carmona, autoras de un resultado fuera de cálculos basado en los resultados anteriores y el calibre de las rivales.
Para las boricuas, defensoras del cetro conquistado en Barranquilla 2018, la presencia de la estelar Adriana Díaz en sus filas era suficiente garantía para saberse con amplias posibilidades de repetir el reinado.
Pero ni el reconocido nivel de esta jugadora, dueña del escaño 11 del ranking mundial, fue suficiente para sostener las aspiraciones, pues las inspiradas cubanas sacaron provecho de su estrategia en el partido de dobles, clave para el desenlace final.
Contra todo pronóstico, Idalys Lovet y Estela Crespo sometieron 3-1 sets a Melanie Díaz y Brianna Burgos. Desde entonces comenzó a “cocinarse” la hazaña.
Mirada en retrospectiva, muy clara la apuesta a ese triunfo inicial, pues se asumió que poco se haría en los duelos individuales contra Adriana, como quedó demostrado cuando barrió en cómodos sets a Daniela Fonseca, nuestra mejor carta.
Idalys volvió a cumplir con su rol con un 3-0 sobre Brianna, dejando otra vez la escena lista para que Daniela se encargara del destino con Melanie del otro lado de la mesa.
El último tanto, la raqueta al piso. El alivio, señal de que ese 3-1 era todo lo necesario para disfrutar un resultado que mejora con creces el bronce conseguido hace cinco años.
“Ni clasificar para los juegos olímpicos fue tan emotivo como esto, aquí cada punto mereció la pena”, dijo Fonseca más calmada tras la enorme responsabilidad que asumió como primera raqueta de este equipo.
En medio de la euforia, ella recordó a todos que desde Maracaibo 1998 un equipo femenino cubano no lograba un título en estas lides, pues los metales de bronce en Veracruz 2014 y Barranquilla 2018 aparecían como los premios más recientes.
Lizdainet Rodríguez completó la formación de un elenco que debió jugar hasta el quinto partido en tres de los cinco matches celebrados, incluido uno muy complicado ante México en semifinales, esta propia mañana, salvado in extremis por la debutante Estela.
“Creo que ese partido fue hasta más importante que el de la final”, confesó el preparador Carmona, quien tuvo que variar sobre la marcha la estrategia inicial, un riesgo que a la postre le tributó el mejor de los resultados.
Los cubanos se quedaron esta vez con la medalla de plata, pero con la satisfacción de haber repetido podio en estas justas. Quizás para ellos la celebración no tenga un sabor tan dulce teniendo en cuenta que cedieron la corona acaparada en la urbe cafetera, y estuvieron cerca de conservar el reinado.
“Este equipo de Puerto Rico está más hecho que el de hace cinco años, sabíamos que era muy difícil y que el doble iba a ser fundamental y no se nos dio”, valoró ante los medios Andy Pereira, el más experimentado del conjunto, luego del 1-3 del cierre que favoreció a los boricuas.
La combinación de Jorge Moisés Campos y Liván Martínez cedió en cuatro parciales ante Bryan Afanador-Daniel González en el mismo arranque. Y aunque Andy sacó luego el extra para emparejar las acciones con un 3-2 frente a Ángel Naranjo, en lo adelante las cosas no salieron como esperaban.
Liván cayó 2-3 versus Daniel y en su segunda presentación Andy no pudo contrarrestar con efectividad el saque de Afanador, y terminó firmando la capitulación de los suyos.
La plata vale, y mucho, pero es lógico que quede el amargo sabor de no igualar la hazaña de sus compañeras. No obstante, quedan por delante otras oportunidades para seguir sumando premios. Esta misma tarde comenzaron las eliminaciones del evento individual y el venidero sábado iniciarán los duelos de dobles y dobles mixtos.
Los tenimesistas de Cuba apuntan a nuevos éxitos. Aportar las primeras medallas de oro de la delegación puede ser el impulso necesario para lograrlos.
Tomado de Jit
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