Foto tomada del sitio web del periódico Guerrillero. |
La producción de alimentos en Cuba constituye un asunto incluido de manera permanente en la agenda gubernamental del país, especialmente en el contexto actual, signado por la crisis alimentaria mundial y las prohibiciones derivadas del bloqueo de Estados Unidos.
Reproducimos nuevamente el Editorial publicado el pasado 17 de junio de 2023 en nuestro blog institucional.
Por: Luis Ángel Rondón Álvarez
Se repite constantemente y desde hace varios años que producir es la palabra de orden para enfrentar la difícil situación económica que atraviesa el país y disminuir el impacto de las carencias derivadas de una severa crisis mundial, tras la pandemia del COVID-19, y el arrecio indiscriminado del cruento bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba.
Sobre el manido tema volvió recientemente el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, quien en una visita de trabajo por el centro del archipiélago reflexionaba que hoy viven más personas del negocio y la compra-venta de mercancías que de la producción.
Aunque no le faltaba razón al también presidente del Consejo de Estado, se impone pasar del discurso a la acción con estrategias bien articuladas. La invitación a producir ya no mueve conciencias ni surte el efecto esperado, mucho menos en La Habana que por su predominante zona urbanística y condición de capital favorece más los pequeños emprendimientos que la propia producción de alimentos.
No obstante, urge contabilizar las áreas cultivables del territorio y definir el modo de ponerlas a producir todo el año con los pocos recursos disponibles. Apremia identificar los sitios que puedan utilizarse para la cría, en condiciones excepcionales, de aves, peces o animales de corral y prever posibles encadenamientos productivos que contribuyan a sumar opciones a los alimentos que hoy entran a la urbe, provenientes de provincias vecinas.
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En otro orden y con la imperiosa premisa de abaratar los precios, se demanda exigir a los nuevos actores económicos la producción de vienes y servicios de calidad a partir de la autogestión de sus materias primas. La actual tendencia de comprar productos acabados en el exterior para revender en el territorio nacional no contribuye a combatir el mercado especulativo.
Producir más también pasa por eliminar muchas trabas burocráticas que persisten para determinados procedimientos, por un control real que impida el desvío de las producciones hacia destinos indebidos y por mecanismos eficaces que posibiliten sumar la mayor cantidad de hombres y mujeres a los procesos de producción.
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