Lluvias en Camagüey. Foto: tomada de Radio Reloj. |
Por: Leydis Luisa Mitjans
Un fallecido. Miles de evacuaciones. Viviendas dañadas. Afectaciones al fluido eléctrico. La desesperanza y la pregunta de siempre ¿Hasta cuándo? Ese es -a medias- el saldo de más de 72 horas de lluvia en el oriente del paÃs.
Dice el Instituto de MeteorologÃa que la situación está relacionada “con la persistencia de una vaguada en los niveles medios y altos de la troposfera sobre el golfo de México, que mantiene un flujo húmedo del suroeste sobre todo el paÃs, en combinación con la inestabilidad atmosférica y los factores locales”.
Las autoridades gubernamentales lamentan lo que ocurre, hablan de llegar a los “damnificados en el menor tiempo posible”. Las redes sociales colocan voz y rostro al temporal. No escampa para Cuba y para los cubanos.
De acuerdo con datos de la Estrategia Ambiental Nacional (2016-2020), Cuba posee pocos recursos hÃdricos y su única fuente de formación son las precipitaciones. Sin embargo, en las últimas décadas estas se han mostrado “inestables” y la nación ha sufrido intensos ciclos de sequÃa.
De hecho, en marzo de este año autoridades del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) informaron que más de 400 000 personas se encontraban afectadas por la sequÃa meteorológica, fenómeno que se produce cuando ocurre un periodo prolongado sin lluvias o con lluvias por debajo de la media.
“En los próximos años habrá una menor disponibilidad, a partir de la disminución de la lluvia, con estimados alrededor de menos del 10% para el 2050 y menos del 20% para el 2100”, precisó el pasado año en el programa televisivo Mesa Redonda Antonio RodrÃguez RodrÃguez, presidente del INRH, al referirse a los efectos del cambio climático en la disponibilidad fÃsica del agua.
Según la Organización de Naciones Unidas, las sequÃas se encunentran entre las mayores amenazas para el desarrollo sostenible, especialmente en los paÃses en desarrollo.
Necesitábamos que lloviera, como el augurio mÃtico de nuevo comienzo. Ahora necesitamos que deje de llover, porque ya no podemos soportar más penurias. Porque sabemos, de sobra, la fuerza devastadora de la naturaleza que -como todo- es ambivalencia de vida y muerte.
La Habana y el resto de Cuba, donde ahora el sol es casi insoportable, espera para ayudar. Volvemos a decir #FuerzaCuba
LLHM