Nuestra convicción nos llevó a la victoria en Girón

 


Por: Wilfredo López Delis 

Transcurría enero de 1961 y Osvildo Rojas Cabrera apenas había iniciado el Servicio Militar en La Cabaña, sin pensar que en poco tiempo participaría en una hazaña decisiva para el país, repeler la invasión mercenaria por Playa Girón. 

Joven de tan solo 18 años que comenzaba su preparación como artillero para dominar cañones de 122 milímetros. Era el mes de febrero y con él llegaban profesores rusos y el armamento a estudiar. Solo dos meses y medio para hacer suya una técnica desconocida hasta el momento.

De pronto, nos sorprenden los bombardeos a los aeropuertos, declara Osvildo; se suspenden los entrenamientos e inmediatamente pasamos a los fosos de La Cabaña para refugiarnos. Al día siguiente, añade Rojas; al conocerse de la invasión por Playa Girón, nos desplazamos hacia esa zona, entrando por el Central Covadonga.

Tras el difícil traslado para situarse en el área de combate, debido al tránsito por caminos irregulares y el suelo pantanoso de la Ciénaga, lograron posicionarse en Girón ocupando un lugar que le permitió enfrentar al enemigo y obtener la victoria 72 horas después.

Ubicarnos en el sitio fue complicado, refiere Cabrera, buscamos un cayo de tierra firme para poder emplazarnos y de inmediato contrarrestar el ataque del adversario.
Yo, iba al frente del grupo de las comunicaciones, expresa el combatiente, cuando nos situamos luego de pasar el Central Covadonga, comenzamos a disparar hacia la costa contra los mercenarios.
Como era de la Plana Mayor, junto al ahora General Morfa, agrega; empezamos a avanzar por la carretera para buscar un puesto de observación más adelante; como se hace en la artillería, para poder hacerle fuego. 

Cuando íbamos en ese trayecto, los aviones nos vieron y emprendieron fuego hacia nosotros. Lo único que vimos en el trayecto, comenta Osvildo, eran unos tanques de 55 galones y detrás de ellos nos guarecimos hasta que el avión pasó y los compañeros antiaéreos le dispararon y tuvo que retirarse el avión; pero resulta que cuando revisamos los tanques eran de petróleo.

El susto que ese momento le provocó a él y a sus compañeros, aunque hoy lo recuerda sonriendo; fue uno de los peores instantes durante el enfrentamiento en Girón.

La inexperiencia, tenemos que decirlo así, confiesa Rojas, apenas dos meses de entrenamiento con los cañones, todos éramos jóvenes de edades entre 16 y 18 años, pero comprometidos con la tarea que se nos asignó, que por eso fue que resultamos victoriosos, por la convicción y la entrega de nuestros combatientes jóvenes, inexpertos pero con el propósito de defender la Patria a cabalidad.

Para Osvildo Rojas la epopeya de Girón fue el preámbulo en su vida de combatiente a la que luego se sumó la Crisis de Octubre, la Lucha Contra Bandidos y la guerra en Angola. Cubano que ha consagrado su vida a cimentar  los principios de la Revolución.

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