Desde la comunidad, hacer de Cuba un lugar más saludable

Es necesario crear una conciencia y cultura ambiental desde las escuelas, las familias y los barrios. Foto tomada de la Agencia Cubana de Noticias. 

Por: David Hidalgo Illarramendi

Brindar solución a los problemas ambientales es una de las prioridades de diversas naciones y regiones del mundo de cara a revertir el preocupante cambio climático.

En ese sentido, Cuba se une al panorama internacional desde la defensa de la relación existente entre el cuidado del medio ambiente y el desarrollo de los territorios.

Desde los primeros años de la Revolución, la voluntad de nuestro país de proteger el medio ambiente y gestionar de manera adecuada los recursos naturales se ha visto reflejada en la Constitución de la República, mediante la promoción de la educación ambiental y otras acciones como, por ejemplo, el reciclaje, la reforestación, la preservación de la biodiversidad biológica, entre otras.

Según información aportada por expertos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), entre los principales problemas medioambientales que enfrenta la nación caribeña se encuentra la degradación de los suelos a causa de la erosión y la sequía, al igual que la contaminación de las aguas a partir de las dificultades en el manejo de los desechos químicos y tóxicos de las industrias.

Asimismo, la inestable recolección de desechos sólidos genera la formación de micro vertederos y focos de vectores, así como las limitaciones en los servicios técnicos y en las redes de acueducto y alcantarillado, conllevan al deterioro del saneamiento y de las condiciones ambientales en las comunidades.

Teniendo en cuenta las causas de estas principales problemáticas ambientales y la voluntad del Gobierno de impulsar normativas para la protección del medio ambiente, ¿cómo podemos aportar desde la comunidad para hacer de nuestro país un lugar más saludable?

En primer lugar, corresponde elevar la percepción de riesgo, ya que todavía gran parte de la población no es consciente de las consecuencias que puede tener el agravamiento de la situación ambiental en la economía del la Isla y en la salud de sus habitantes.

Por tanto, es necesario crear una conciencia y cultura ambiental desde las escuelas, las familias y los barrios, a partir de la realización de actividades preparadas por las organizaciones estudiantiles y de masas que promuevan el reciclaje, la siembra de árboles y la interacción con animales y plantas.

De igual manera, deben crearse espacios de intercambio entre los expertos y el pueblo, con el objetivo de compartir las buenas prácticas y experiencias que han tenido éxito en la promoción de la educación ambiental y el desarrollo sostenible.

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