Mitigar el impacto de la sequía desde el trabajo y el hogar

 


Por: David Hidalgo Illarramendi

Adoptar estrategias que permitan disminuir los efectos de la sequía y garantizar el suministro de agua a los diferentes sectores constituye uno de los principales desafíos que afronta Cuba en los meses del periodo seco, ya que el preciado líquido es un recurso de vital importancia para el funcionamiento y desarrollo de la sociedad.

Contrario a lo que ocurre con otros eventos climatológicos que azotan a nuestro país como, por ejemplo, ciclones y huracanes, los efectos de la sequía son perceptibles a mediano y largo plazo, y no existe un método exacto de pronosticar su alcance, duración y comportamiento. 

Por su parte, la baja disponibilidad del recurso hídrico en los embalses conlleva a afectaciones en la agricultura, en la producción de alimentos y en otras áreas de la economía. 

De igual forma, esta escasez genera irregularidades en el abasto de agua a la población e influye directamente en la calidad de los servicios de Salud. 

Asimismo, la ausencia de precipitaciones y las altas temperaturas habituales del periodo seco crean las condiciones para que se produzcan frecuentes incendios forestales, los cuales, pueden tener consecuencias desastrosas a nivel económico, social y ambiental.

Teniendo en cuenta lo analizado anteriormente, es necesario preguntarse ¿cómo podemos contribuir desde los centros de trabajo, el hogar y otros espacios al ahorro del agua en favor de mitigar los daños de este fenómeno que afecta al país? 

Si bien las condiciones climáticas no se pueden combatir, sí es posible tomar medidas que permitan disminuir el impacto negativo de estas en las esferas económica y social. En ese sentido, las entidades grandes consumidoras de agua, deben crear un plan de ahorro y velar por el uso eficiente de este recurso durante la producción o la prestación de servicios. 

Por otra parte, de la misma manera en que tomamos precauciones para que el preciado líquido no falte en nuestros hogares y centros de trabajo, podemos revisar y corregir las tuberías y llaves en mal estado, racionalizar el agua que destinamos a las tareas de limpieza y el cuidado de plantas y animales, así como reportar los salideros a las autoridades, entre otras acciones que contribuyan a disminuir el impacto de la sequía.

LLHM


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