El mundo invadido desde un estudio de radio

Foto tomada de Internet. 

Con el guion de Howard E. Koch, a las 20:00 (hora local) el programa especial de The Mercury Theatre On the Air inició la transmisión del programa especial, La guerra de los mundos, narrado por el actor Orson Welles.

Por: Sender Escobar

Cuestionar la ficción como si fuese una realidad por su tono verídico, ha formado parte indisoluble del pacto entre autores y receptores. 

Romper las barreras del arte a través de nuevas técnicas creativas fue para el joven actor Orson Welles, el medio que lo catapultó a convertirse en uno de los artistas más innovadores de su tiempo.

El futuro director de El Ciudadano Kane tenía solo 23 años cuando ejercía como actor radial en la cadena norteamericana CBS. Contratado para adaptar e interpretar obras de la literatura universal, Wells semanalmente narraba historias más que conocidas por el público.

Pero la oportunidad de hacer algo diferente con los programas de romance o aventuras usuales, surgió con la adaptación de una famosa novela: La guerra de los mundos, del escritor inglés H.G Wells.

El primer reto de Welles fue contextualizar la trama de una invasión extraterrestre a la Inglaterra de finales del siglo XIX, a la sociedad norteamericana de los años 30 donde la propaganda comercial a través de medios, como la radio, tenía gran influencia.

Con el guion de Howard E. Koch, a las 20:00 (hora local) el programa especial de The Mercury Theatre On the Air inició su transmisión. El propio Welles advirtió a la audiencia que escucharían una obra de ficción, pero lo que ocurrido minutos más tarde estaría muy alejado del público sentado en una plácida noche frente a la radio.

En el planeta Marte se registraron varias explosiones. La Tierra se ponía en alerta según anunciaba en ese momento un reportero. Desde el pueblo de Grover's Mill, en Nueva Jersey, el periodista Carl Philips transmitía la aparición de unos agujeros en el cielo, donde unas horribles criaturas salían y no parecían tener muy buenas intenciones.

El objetivo: conquistar el planeta Tierra. Con un poderoso rayo de calor los invasores atacaban a los terrícolas que, indefensos ante la tecnología de los alienígenas, eran rápidamente vencidos.

La interrupción del reporte y el comunicado del Secretario de Estado de los Estados Unidos sobre una invasión marciana, funcionó como el efecto dramático que provocó la incertidumbre. Miles de personas salieron a las calles atemorizadas.

En Nueva York y Nueva Jersey las centrales telefónicas de varias estaciones de policía colapsaron. El pánico generalizado por el ataque alienígena provocó el abarrotamiento de hospitales cercanos y embotellamientos en las calles.

Los que se mantenían atentos a los pormenores del ataque escucharon cómo moría fulminado por la fuerza extraterrestre el periodista que había advertido a los terrícolas de la invasión. Entonces la voz de un científico, interpretado por Orson Welles, continuó con la narración del mortal ataque.

Emitido el 30 de octubre de 1938 en el inicio de la emisión, durante un intermedio y al cierre del mismo, se aclaró que todo lo narrado era una obra de ficción. Pero tanto las personas que escucharon el programa ya comenzado, como aquellas que salieron a la calle despavoridos ante la inminencia de la muerte, no consiguieron escuchar las advertencias dadas por Welles.

Al día siguiente la estupefacción provocada generó que Welles pidiera disculpas públicamente en una conferencia de prensa. Jamás imaginó que aquel programa desencadenaría tales reacciones. Aunque las disculpas no fueron suficientes por el pánico creado y varias personas demandaron al artista. Litigios que más tarde asumiría la CBS como empleadora del actor.

Cientos de artículos fueron publicados en los periódicos del momento relatando el estado caótico en que se encontró Nueva York y Nueva Jersey ante la imposibilidad momentánea de hacer frente a una invasión de un enemigo tecnológicamente superior.

Aunque estudios posteriores han afirmado que tal vez ese día se exageró en la cantidad de personas que tomaron como cierto el ficticio ataque marciano, el golpe mediático propinado por Welles dejaba claro el poder e influencia de los medios de comunicación.

Más allá de la polémica y el miedo propiciado que, gradualmente, se fue aplacando aquella noche, la adaptación de La guerra de los mundos posicionó a Welles como chico prodigio en el mundo artístico y abrió su camino hacia la creación cinematográfica donde legaría una vasta obra, gracias a que el mundo, por una idea suya, fue invadido desde un estudio de radio.

YER

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