Un nuevo código de amor y esperanza

Foto tomada de Twitter. 

Por: Abel Rosales Ginarte

En Cuba sólo se han realizado procesos de consultas y referendos en el ámbito constitucional. Así se aprobaron las constituciones de 1976 y de 2019.

En la última quedó plasmado el Referendo Constitucional en el artículo 228, como parte del mecanismo de Reforma bajo determinadas circunstancias, a su vez en el artículo 80 inciso d, se enuncia como derecho, la participación “en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y otras formas de participación democráticas”, sin otras precisiones.

Por vez primera, el 25 de septiembre de 2022 se realizará un referendo legislativo en la Isla que se ha ido nutriendo de las opiniones y aportes de la población.

Homero Acosta, secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), reconoció en julio pasado la trascendencia de dicho referendo: “La decisión de hoy constituye una decisión histórica. Por vez primera en su historia constitucional, Cuba aprueba el ejercicio efectivo de un referendo legislativo”.

Los pronunciamientos sobre la igualdad y no discriminación; la dignidad humana como valor supremo; el reconocimiento de la pluralidad y diversidad familiares; el derecho de toda persona a fundar una familia; el reconocimiento de la unión de hecho afectiva y el matrimonio como una de las tantas formas de organización de la familia; la protección a niñas, niños, adolescentes, a las personas adultas mayores y a personas en situación de discapacidad; la proscripción de la violencia, entre otras cuestiones aparecen claramente definidas en la Constitución.

De esa forma se abren las puertas para el referendo legislativo del próximo 25 de septiembre que tiene como protagonista al pueblo.

Armonía, responsabilidad y disciplina son elementos esenciales para la realización ordenada del acto de justicia social que representa exponer ante el mundo lo que pensamos los cubanos de nuestro Código de las Familias.

En ese voto definiremos el futuro de nuestra sociedad rompiendo todos los intentos foráneos de agriar un proceso que nos hace crecer humanamente.

“Con este paso Cuba se inserta dentro de los muy pocos países que han desarrollado esta institución de democracia directa”, destacó Homero Acosta.

Todo los valores que hemos incorporado a lo largo de nuestras vidas, cristalizan en un nuevo código que otorgará a las familias cubanas el cetro del amor y la esperanza.

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