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| Liena Pérez Cuenca, presidenta de la Sala de Amparo a los Derechos Constitucionales. Foto: De la autora. |
Por: Isabel María Calvo Sánchez
La joven jueza Liena Pérez Cuenca, de solo 32 años de edad, asumió una elevada responsabilidad al convertirse en la presidenta fundadora de la nueva Sala de Amparo a los Derechos Constitucionales, creada recientemente, por primera vez, en el Tribunal Provincial Popular de La Habana.
A Pérez Cuenca le avala que es Licenciada en Derecho, estudia la Maestría en Criminología y atesora una década de fructífera labor en el ejercicio profesional de la judicatura o administración de justicia.
Las personas naturales podrán acudir a esa estructura cuando sientan que han vulnerado alguno de sus derechos, que desde allí deberán ser restituidos legalmente.
Entre los posibles asuntos que evaluará está interponer un proceso y/o solicitar una indemnización a consecuencia de la probable injusticia cometida.
Quedó constituída en @habana_tpp la Sala de Amparo de los Derechos Constitucionales.
— Yojanier🇨🇺💯⚖ (@Yojaniers) September 2, 2022
⚖️Liena Pérez Cuenca tomó posesión como Presidenta.
👉 Quedaron aperturados sus libros oficiales. @RubenRemigioCU @AsambleaCuba @TSupremoCU @torres_iribar @PresidenciaCuba
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La creación de la referida sala resulta un mandato constitucional, con el fin de garantizar la defensa y representación de los derechos por la vía judicial, pues con anterioridad solo eran evaluados en el marco administrativo.
También conocerá y juzgará los asuntos relativos a los derechos ciudadanos que establece la Constitución de la República de Cuba, aprobada por la mayoría de nuestra población en 2019.
Al decir de la joven presidenta, lo anterior es un sueño (de los juristas y de la población) que se convierte en realidad, con lo que tributan a una mayor integralidad, justeza y credibilidad del sistema judicial cubano.
Liena Pérez Cuenca es representativa del sector jurídico de nuestra nación, que se caracteriza por el empoderamiento de los jóvenes y las mujeres, sustentado en su probada idoneidad, bien cultivada por medio del cada vez más estrecho vínculo entre la academia y la práctica del ejercicio profesional.
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