Foto: Tomada de la cuenta en Twitter del Gobierno de Playa. |
Por: Lien Martí
Las puertas de la Empresa de Tabaco Torcido El Laguito se abrieron para aficionados al puro cubano, fotógrafos, camarógrafos y periodistas, quienes participaron en los festejos por el aniversario 55 del más celebre puro cubano: el Cohíba.
Este no es un hecho común en la instalación, asegura Oscar Rodríguez Carballeira, director general de la entidad. Quizás por este motivo y porque la impronta de Fidel Castro y Celia Sánchez acompañan la labor diaria de sus trabajadores, la visita se disfrutó doblemente.
Historias de humo y cenizas
De la mano de María de los Ángeles Duquesne, conocida como “Mamita”, quien se desempeña como jefa de brigada de torcedores, los visitantes recorrieron diversas instalaciones, donde paso a paso se confeccionan los tabacos.
La primera acción consiste en la selección y preparación de la materia prima, allí María Caridad Padrón, junto a sus compañeras de labor, distinguen entre hojas para seco, volado, ligero y medio tiempo.
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Por su parte, Mirna Martínez Atencio, agregó que también pesan los paquetes de hojas, en dependencia de las vitolas.
La labor de todos es imprescindible, asegura Paula Morejón Noriega, quien cuenta con 26 años de experiencia y dice que prefiere esta área por considerarla más tranquila “No todo el mundo tiene vocación para hacer tabacos”.
El departamento de “la moja” se encarga de la humectación, proceso que, al decir de Rosquete Bisset, le brinda a la hoja suavidad y elasticidad.
Las hojas que envuelven el tabaco son clasificadas en dependencia de su tamaño, textura y color, no pueden estar rotas, ni manchadas, “las mejores capas son para los cohíba”, alegó.
En medio de un grupo de mujeres, resalta la joven figura de Rolando Duquesne Peña, quien labora en la galera desde hace casi una década.
Al inicio no pensaba en ser tabaquero, “ahora no concibo mi vida sin el tabaco”, confesó mientras recordó a su abuela, tabaquera en Camagüey “La veía fumar, hablar de tabaco y con el tiempo me fui inclinando por esto”.
Foto: Tomada de Internet. |
Sobre sus inicios en El Laguito, Duquesne contó que cursó nueve meses en la escuela de la entidad, donde aprendió mucho, hasta que logró cumplir con la norma como tabaquero. “La norma depende del tabaco, mientras más fino sea, más alta es la norma; en los más gruesos y complejos, la norma es menor…mis preferidos son los Behike porque son muy complejos y me gustan los retos”.
La totalidad de la producción del Laguito pasa por la máquina de tiro, explicó Pavel González Faure, quien fuera torcedor durante dos décadas, y ahora se desempeña como auxiliar del mencionado equipo, también parte indispensable del proceso.
“Aquí es donde se sabe si el tabaco sirve o no, si no tira se saca de la máquina para que el torcedor lo vuelva a hacer, porque esto es una fábrica que exige mucha calidad”.
Zail Imbert Valdés lleva 24 años en el departamento de anillado, “este es el lugar que me gusta”, aseguró, al tiempo que reconoció que “cuando le pones el anillo al tabaco se ve más hermoso, se ve diferente, eso es algo que lo distingue…Es como si te pusieras un traje y no usaras corbata”.
Un punto imprescindible en la visita fue pasar a conocer a Nelsa Leonard Delgado, una de las más longevas trabajadoras de la fábrica, quien llegó dos años después de su fundación, con unos veinte años de edad.
Evocó los años iniciales y los cambios de la empresa para beneficio de los trabajadores.
“No concibo mi vida sin cohita, no fumo, pero siento un enorme orgullo de pertenecer aquí...no sé si esta fábrica es parte de mi vida, o yo soy parte de esta fábrica, o las dos cosas, pero yo la quiero muchísimo…pasan los años y yo aquí”.
Historia y tradición
Oscar Rodríguez explicó que la fábrica cuenta con unos 250 trabajadores, de ellos cerca del 70 por ciento son mujeres, aunque en sus momentos iniciales la proporción era mucho mayor.
Comentó que la instalación está dedicada a la producción de tabaco Premium, como la casa matriz de la marca Cohiba y cuentan con varias líneas de producción que han evolucionado con el tiempo. “En la actualidad producimos la marca Behike, top en el tabaco mundial”, entre una treintena de vitolas.
“Hemos logrado que la fábrica eleve la producción para obtener mayores ganancias y que el tabaco se convierta en el segundo rubro exportable de la nación durante la etapa de la pandemia de covid-19”, dijo.
“A pesar de todas las dificultades, la totalidad del personal está inmerso en el cumplimiento de los planes, que para este año se acercan a los dos millones de tabacos Cohiba.
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Oscar aseguró que la calidad rige todos los parámetros de la entidad, con un sistema de gestión certificado “velamos más por la calidad que por los montos de producción. Este es un producto muy caro, con una amplia fama a nivel internacional y por lo tanto no podemos descuidar la calidad”.
Para producir el mejor tabaco del mundo tenemos un lema que reza “Nuestra fortaleza es la herencia”.
También comentó que durante la cena de despedida, se presentarán nuevas vitolas: Victoria, Ideales y Ámbar, productos surgidos durante el 202, como parte del proceso de innovación permanente de Tabacuba y el Instituto de Investigaciones del Tabaco.