El respeto es la base de las relaciones humanas. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate
Por: Víctor Joaquín Ortega
Seis cuadras bajo un sol tremendo para llegar al policlínico donde le van a extraer la sangre… Si se hubiera levantado más temprano. Bueno, son las 8 y 25 y esto cierra a las y media... Debió apretar el paso y la rodilla derecha le ha dolido más de lo acostumbrado, recuerdo de sus días en el salto largo. Sus buenos días frenó la ida de la muchacha que porta una jaba en la mano.
“Abuelito, entro rayando” … es lo primero que le comenta en una especie de saludo demasiado seco. “Hay una venta de plátanos a precios más bajos a varias cuadras de aquí…Sea bueno, ¿por qué no vuelve mañana? No me haga perder ese chance…”
-“Mija, si supieras todo lo que hice para llegar. Hasta se me habían perdido las llaves, por suerte las encontré. Sea buena usted”-
-“Yo no tuve la culpa de eso; no me vaya a embarcar. Llegue temprano mañana y le prometo que lo paso primero”-
Ya le enseña la espalda al anciano que queda triste más que contrariado. Se retiraba, cuando una compañera del laboratorio testigo del hecho dijo… “ Venga conmigo, no voy a dejarlo marchar así…” Y se realizó lo determinado por el médico.
Por cinco minutos, la muerte
Los plátanos están al centro de la mesa. Mi amiga me soltó una descarga terrible. Tiene sus razones, pero ahí están mis platanitos y mi niño y mi marido los están disfrutando de lo lindo. No perdí la oportunidad: la cosa no está fácil y hay que estar a la viva”.
A la hora del sueño, no se acordó del incidente. Ojos cerrados y…
camina por un pasillo estrecho iluminado débilmente. La acompañan varias personas. Rostros adustos. Nadie habla. Abren una puerta. Penetran. ¿Quién abrió? en voz baja dice: “Puede ser que llegue a tiempo la suspensión”. Los recién llegado se sientan frente a una especie de pecera. El más cercano a ella le comenta: Las evidencias contra su marido han sido muchas; aunque puede que se salve”. Ella no entiende. Mucho menos ahora cuando en la citada pecera ve entrar a varias personas. ¡Esposado, conducido por dos guardias, está su esposo! “¿Qué hago aquí? ¿Qué ha ocurrido? Se sorprende al oírse expresar: “Él no fue, se los aseguro: él es un hombre noble, incapaz de algo malo…”
Lo han colocado en la silla eléctrica. Uno de los individuos se acerca al chucho. Espera órdenes. Se la dan…La mano en acción… Si todavía no es la hora…y si llega el texto del indulto… El llanto, los alaridos. El olor a quemado, el olor de la muerte… Allá enfrente, la puerta se abre, se llevan el cadáver, De pronto, entra un grupo. Al ver la escena algunos se llevan las manos a la cabeza. “¿Por qué adelantaron la ejecución? Todavía no era la hora, yo traje la suspensión. Se puso fatal… faltaban “cinco minutos”. Ella se levanta, vocifera ¡Asesinos, asesinos…!
Despierta. El sudor le ha ganado el cuerpo.
En el trabajo, mientras prepara sus aparatos, encuentra el texto sobre el buró: es una hoja de periódico ocupada por el llamado Concepto de Revolución de Fidel. Tiene subrayado: “… es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos “. Enseguida va en busca de su amiga. “Me tiene que dar la dirección de ese hombre. Voy a ir a disculparme con él”.
LLHM