Por VÃctor JoaquÃn Ortega
Foto: Cubadebate.
José Antonio Fulgueiras, ¡qué clase de libro te ha publicado la Editorial Pablo de la Torriente! Buscaste, encontraste a estas personas tan cercanas al Guerrillero Heroico, Ernesto CheGuevara.
Al ganarte su confianza, extrajiste de sus almas tanta cuestión hermosa de aquella lucha por un mundo mejor, fuera en Cuba, El Congo, Bolivia o en la realización del sueño de los constructores de una sociedad verdaderamente humana y, compay, hay tanta magia en lo que descubres y en la manera de tratarlo.
En la obra El cronista se firma Che jamás te gana el interés de prevalecer por tus pasos literarios. Avanzan con naturalidad y se dirigen a los lectores, lejos del teque, para convencer con las armas de la belleza no impuesta y la realidad más bella aún, y asà alimentar la pasión por la justicia y la entrega a los semejantes.
En realidad, en ninguno de tus escritos periodÃsticos o en tus libros —ya son 20— te crees el protagonista. Puedes hablar en primera persona, pero siempre para darnos hechos y personajes, y lo que siente por ellos; eso sÃ, con una forma magnÃfica.
Vale muy poco el contenido si el continente es horrible y, en el caso de los textos, los lectores huyen de periódico o del volumen como el diablo de la cruz, como decÃan mis abuelas. Tus escritos atraen, son creÃbles y tienes qué decir.
En tus palabras introductorias de El cronista… lo esclareces: “Estas crónicas me brotaron del corazón como le salieron a Martà los versos sencillos. Yo no tengo ni la imaginación ni el genio literario del Maestro, mas apelo a otro de sus razonamientos poéticos cuando dijo que las frases sencillas son siempre nuevas…”
Aparece tu pasión por el deporte entonces; eres un excelente cronista de las lides del músculo merecedor de mayor reconocimiento: “Apelo a la crónica porque es mi lanzamiento principal como harÃa un pitcher beisbolero, y porque con ella puedo dar rienda suelta a mis sentimientos de admiración y respeto a estos mujeres y hombres que no vacilaron ni vacilan amar al prójimo junto a la imagen imperecedera de ese comandante que redujo su nombre de guerra y pasión a solo tres letras: Che”.
No puedo dejar de mencionar, por ejemplo, el vibrante paralelo del heroico Silva con Cervantes, ni el sabor de lo quijotesco que invade el volumen, no debo soslayar el misterio del olvido a Pan divino ni la poesÃa de quien cumplió la orden de matar al cachorro o de aquella maestra…, eso y muchÃsimo más gracias a ti, al convertir valiosos recuerdos en un libro
*José
Antonio Fulgueiras. Sagua la Grande, 1952. Sagüero, villaclareño ilustre,
internacionalista como corresponsal de guerra, ser humano y profesional más
allá de sus galardones, con este volumen, su quinto sobre el Che, continúa en
ascenso en su misión de hombre y literato, marcada ya desde sus veinte libros
publicados y sus logros periodÃsticos, donde la prosa es siempre bella en
contenido y forma a la altura de hechos y anhelos de su autor.