Foto: Tomada de Twitter. |
Por: Isabel María Calvo Sánchez
Cuando conmemoramos 16 años de la Proclama de Fidel Castro dirigida a nuestro pueblo, Cuba vive y se consolida como nación independiente y soberana, en abierto e invicto desafío al bloqueo económico, comercial y financiero yanqui, así como a la crisis global internacional.
Desde el primero de enero de 1959 hasta el 31 de julio de 2006 los antillanos nos habituamos a ver y escuchar sistemáticamente al Comandante en Jefe como parte de la vida cotidiana.
Multitudinarias concentraciones en la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana y en otras muchas a lo largo y ancho de la Isla y otros escenarios dentro y fuera de Cuba, incluida la Organización de Naciones Unidas (ONU), cimentaron la admiración, el cariño y la interacción de nuestro pueblo con su líder, a quien todos nombrábamos, con total cercanía emotiva, sin títulos ni cargos, sencillamente Fidel.
El 31 de julio de 2006 acontecía un hecho que conmocionó a los cubanos y a millones de personas progresistas de cada una de las latitudes del universo. Nuestros medios de comunicación masiva transmitían la Proclama del Comandante en Jefe al pueblo de la mayor de las Antillas.
La reacción popular fue de tristeza y de preocupación por la salud del querido líder. Sinceras lágrimas aparecieron en los ojos de la mayoría.
Los cubanos sentíamos como si estuviese enfermo el padre de cada uno de nosotros; no obstante, de inmediato convertimos el dolor en energías renovadas para continuar
adelante por el camino que siempre desde el Moncada él nos enseñó.
"Nuestra patria no se negará nunca a trabajar por la paz, a discutir y resolver las diferencias mediante negociaciones, sin renunciar jamás a un átomo de su moral, su dignidad, su soberanía y sus principios." FIDEL#FidelPorSiempre #CubaPorLaPaz pic.twitter.com/osFbRWgkVr
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) July 31, 2022
Por medio del histórico documento, exponía que por estar pasando por una crítica situación de salud personal, dejaba en manos del segundo hombre de la Revolución, el General de Ejército Raúl Castro, sus funciones al frente del Partido Comunista de Cuba (PCC) y del Estado.
Ciertamente sería su última alocución, pues el 25 de noviembre de ese año dejaría de respirar nuestro Fidel.
En septiembre de 2016, durante la clausura del VII Congreso del PCC, una vez más Fidel Castro se convirtió en noticia al hacer uso de la palabra, y con la genialidad que siempre le caracterizó expuso su criterio en lo que denominó que sería, quizás, una de sus últimas intervenciones en público, y vaticinó que el pueblo de Cuba vencerá.
Por su parte, los enemigos de la Revolución al instante comenzaron a festejar la muerte física de Fidel. Desde julio de 2006 hasta noviembre de 2016, durante toda una década, cientos de veces difundieron la falsa noticia de su fallecimiento. Y cientos de veces mordieron el polvo de la derrota al ser desmentidos, pues demostró, como expresara Hugo Chávez en su momento, la fortaleza de un Caguairán.
Digno de él, nuestro pueblo continuó adelante con la Revolución, actitud que no nos perdona el enemigo imperialista.
La gigantesca manifestación de duelo popular que acompañó el traslado de sus restos desde La Habana hasta Santiago de Cuba, y la actual existencia victoriosa de la Revolución frente a los desafíos de hoy, en medio de crisis epidemiológicas y estructurales a nivel mundial, demuestran con creces que los cubanos actuales (mayoritariamente nacidos después de 1959) somos portadores de la continuidad generacional de su legado, que posee evidente trascendencia universal.
El 30 de noviembre del 2016 desde la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en #LaHabanaPorLaVida, comienza la ceremonia de traslado de las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, hacia Santiago de Cuba. #CubaViveEnSuHistoria. pic.twitter.com/JyHd1oyy66
— Dirección Provincial de Salud. La Habana (@dpshabana) November 30, 2021
En video, la Proclama del Comandante en Jefe al pueblo de Cuba: