Por: Ania González RodríguezEl uso correcto del nasobuco es fundamental para la protección de las personas frente a la Covid-19. Foto: Internet.
La mayoría de los cubanos nos sentimos muy estimulados, esperanzados e incluso orgullosos por contar con cinco candidatos vacunales propios contra la COVID-19, entre ellos Soberana 02 y Abdala.
De estos últimos, calificados ya como vacunas, se comienza a hablar elogiosamente en el mundo y a reconocer el esfuerzo del Estado antillano.
Sin embargo, las cifras de contagio aumentan en Cuba y las autoridades del país nos llaman a la reflexión.
Es que no todos están conscientes del nuevo código de vida que debemos asumir, como parte de nuestro actuar cotidiano, tal y como señala el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP).
Entre las indisciplinas más comunes y peligrosas se pueden mencionar el caso omiso al distanciamiento en colas de todo tipo y la cada vez más aumentada cifra de personas que usan, de manera incorrecta, el nasobuco, con mayor incidencia barrio adentro.
La falta de distanciamiento en las colas constituye una indisciplina en el enfrentamiento a la COVID-19. Foto: Internet. |
Queda claro que no se cuenta con millones de agentes para cubrir cada bodega, farmacia, cuadra, portal u ómnibus, entre los miles de sitios donde nos reunimos, pero ver la indisciplina y no hacer nada nos hace cómplices.
Preferiblemente, asumo la práctica de alguien que conozco, quien, de manera respetuosa, y sin cansarse, llama al que esté a su lado nariz afuera a colocarse la mascarilla en su lugar.
Cuando la elogio me dice: “Nunca me ha gustado inmiscuirme en asuntos ajenos, pero en este caso sí me llaman, tanto las autoridades como mi conciencia y también mi sentido de autoprotección, porque cuando los salvo, me salvo”.
De ahí la importancia de cumplir con el nuevo código de vida, pues constituye una indiscutible condición para acabar lo que inesperadamente, y con una duración que nos fatiga, amenaza y compromete la existencia humana.