La obra de amor de los corresponsales voluntarios de prensa

Los corresponsales voluntarios son un nexo entre los barrios, poblados y municipios, con los medios de comunicación masiva. Foto: Tomada de Internet.
Por: Dimelsa Martín Soria

La labor periodística es continua, aunque se tenga un día para celebrarla, es diaria y no se detiene, razón por la que me parece atinado, a través de estas líneas, tributar a algunas personas que, en ocasiones, sin preparación universitaria, pero con voluntad y ansias de hacer, contribuyen con la tarea de informar: los corresponsales voluntarios.

Aunque de los corresponsales voluntarios se habla poco, sin duda alguna forman parte de la familia de la prensa, un nexo entre los barrios, poblados y municipios, con los medios de comunicación masiva.

La década de los años 70 fue el momento de mayor apogeo de estas personas que, por afición y sin afanes de lucro, con mínimas técnicas de redacción, tributaban con tanta frecuencia, que existían medios los cuales dedicaban a ellos secciones fijas. Aún en los 80 era común el ir y venir de sus notas.

En los años 90, el Período Especial, la reducción de publicaciones y la situación económica del país, hicieron palidecer a ese movimiento, más no murió.

En un inicio sus misiones correspondían a llegar a los éxitos y méritos de las comunidades más apartadas, a las historias de los héroes anónimos, a los hechos más comunes y cotidianos.

Hoy siguen representando un importante baluarte en las programaciones, sobre todo de los medios provinciales de comunicación, en prensa plana y radial.

El 31 de agosto de 1948, es el día elegido para festejar la obra de los corresponsales voluntarios, pero es la Revolución triunfante la que brinda el spacio práctico para su ejercicio.

A partir de ese momento, comienza a pensarse en la capacitación de ese personal, a través de folletos, cursos, plenos, seminarios, entre otros, iniciándolos como las voces de las organizaciones de masas y luego ampliando sus horizontes hacia otras aristas de la vida social del país.

Su labor no ha estado excenta de escollos: en una primera etapa la falta de vías para hacer llegar la información a su destino, cuando solo el papel y el lápiz eran las herramientas existentes para la conformación de la noticia.

Lo cierto es que de este movimiento de corresponsales voluntarios, en los espacios deportivos han encontrado vocación periodística muchos de los colegas que hoy acompañan el accionar diario de cada uno de los medios de prensa del país.

Es cierto que es necesario para la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), como organismo rector, proseguir con la capacitación de estos trabajadores, pero indudablemente continúan siendo vitales en la frescura de las parrillas de programación.

Existen localidades en las que, incluso, se realizan concursos para corresponsales voluntarios, como es el caso de la provincia de Holguín.

Aunque cada vez hay más sangre joven graduándose en las Facultades de Comunicación y Periodismo de todo el país, con conocimientos novedosos, acordes con los tiempos que corren, el corresponsal sigue siendo fuente de información, sigue estando al tanto del acontecer de su pedacito.

Los corresponsales deportivos voluntarios son algunos de los más activos, llevando adelante la tarea de difundir lo que sucede en sus municipios.

Su desempeño fue concebido de manera tan importante que el Día de la Cultura Física y el Deporte se celebró por vez primera el 19 de noviembre de 1985, pues ese día, pero en 1961, tuvo lugar el cierre de la Primera Plenaria de Corresponsales Voluntarios Deportivos.

Ese encuentro fue clausurado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien realizó diversas valoraciones sobre el movimiento deportivo cubano y los grandes retos que tenía el país en esa esfera.

En nuestra emisora hay colaboradores deportivos asiduos, a quienes se les espera cada jornada con sus comunicaciones. A ellos las gracias por siempre estar con nosotros.

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