Cubanos frente al imperativo de un tercer rebrote de la pandemia

La heroicidad de nuestro personal de la salud solo puede ser retribuida con la disciplina y responsabilidad del pueblo. Foto: Archivo de la COCO

Por: Ania González Rodríguez

No pocas son las preocupaciones que nos agobian frente a las estadísticas de la COVID-19 y el número de pacientes que están apareciendo, con dos jornadas donde se superan los 300 nuevos casos, algo que merece profunda reflexión.

Si hasta hoy nos enorgullecemos de lo que se ha logrado en Cuba en esta colosal batalla por la vida, donde el capital humano y el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación evidencian su concepción integral y multisectorial, logrando aportes incuestionables que ya conocemos; ¿por qué dejar que la irresponsabilidad y el olvido de los riesgos frente al contagio nos arrebaten lo alcanzado?.

¿Cómo no sopesar los esfuerzos del país que a pesar de su situación económica ha logrado entre otros impactos más de 20 medicamentos nacionales que forman parte de los protocolos para el tratamiento y prevención de la enfermedad?.

¿Será posible que por no observar las medidas higiénicas orientadas o permitir que un viajero llegado a casa del exterior, no cumpla lo orientado y contagie a familiares y vecinos, echando así por la borda el desvelo y sacrificio de los cientificos cubanos y nuestra propia tranquilidad?.

Aquí los investigadores han logrado, por la vida de los pacientes entre otras entregas, el desarrollo de nuevos diagnosticadores del  virus, la creación del primer prototipo de ventilador pulmonar cubano para la respiración asistida y realizan ensayos clínicos con células madre para tratar las secuelas pulmonares de la enfermedad. Todo esto, piense usted, si no nos protege y da seguridad. 

Fíjese que son más de 80 los proyectos investigativos vinculados a la COVID-19, terminados o en ejecución. Además, poseemos uno de los logros más esperanzadores y contundentes: Cuba ya dispone de cuatro candidatos vacunales en fase de ensayos clínicos, una hazaña de la Industria Biotecnológica y Farmacéutica nacional.

Seguro coincide en que todos estos esfuerzos no pueden perderse, sin embargo, a causa  de la violación de las medidas higiénico-sanitarias y el no respeto del distanciamiento físico y el aislamiento social, estamos en medio del tercer rebrote de la epidemia que reportó este domingo 10 de enero un pico de transmisión.

Como consecuencia, varias provincias han pasado a fases de retroceso, por ejemplo, la capital cubana y todos sus municipios vuelven  a la Fase I de la etapa de recuperación (cuando ya transitábamos por la etapa III). En consecuencia se indicó tomar medidas de incremento en las restricciones en los municipios: Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana del Este, Habana Vieja, Cerro, La Lisa, Boyeros y Diez de Octubre; de forma tal que permita el control de la situación epidemiológica en breve tiempo.

En resumen, hasta hoy la mayor de las Antillas ha cosechado resultados que la colocan entre las naciones con más baja letalidad en las Américas y a nivel internacional, sin lamentar hasta el momento el fallecimiento de ningún niño, ni haber colapsado las unidades de terapia intensiva. Por otra parte, se ha mantenido baja la cifra de pacientes graves y críticos.

Entonces, vale la pena que no quede alguien de espaldas a esta realidad, fruto de sacrificios y heroicidades.

Contribuyamos a defender lo logrado. Es lo más digno, respondiendo al llamado del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando reiteró, en fecha reciente, que el imperativo hoy es: ¡Cortar la transmisión!

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