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| A pesar de la pandemia, en La Habana Vieja continuó brindándose la asistencia social a la población vulnerable. Foto: Tomada de Internet. |
Como difícil puede describirse la situación vivida este 2020 en la Habana Vieja, debido a la pandemia de Covid-19 y a la intensificación del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos para estrangular al pueblo cubano.
A pesar de ello, la asistencia social, uno de los temas más sensibles, continuó brindándose a la población vulnerable durante los momentos más crudos del proceso de enfrentamiento al nuevo coronavirus.
Con sólo 17 trabajadores sociales, quienes actualizaron y conciliaron con la Unidad Básica de Gastronomía la garantía de los servicios en el traslado de alimentos, mediante el programa del Sistema de Alimentación a la Familia (SAF) se asistieron a mil 716 beneficiados de la Habana Vieja.
Para lograr el objetivo de darle una protección humanitaria a los ancianos se intensificó, en los siete consejos populares, la labor del trabajador social, con el apoyo de un representante del Instituto Nacional de Deporte y Recreación (Inder), una miembro de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y otro de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
Por otro lado, se creó una comisión por cada Consejo Popular con el especialista principal de cada región, con la misión de visitar y dar una adecuada respuesta a los núcleos familiares que requieren de ayuda económica.
Se caracterizaron también a aquellas personas naturales que por la situación de su vivienda, solicitaron subsidio para la reparación de la misma.
Asimismo se exoneró del pago a aquellos trabajadores cuyas licencias quedaron paralizadas de oficios, acción que facilitó la Subdirección de Empleo no estatal.
Igualmente, la asistencia social durante el año protegió a madres con tres o más hijos y a los necesitados, con entrega de cunas y colchones, refrigeradores, ropa para niños y juegos de sábana, aunque de forma limitada por la escasez de recursos.