Roberto Hernández, más allá del Salón de la Fama (+Video)

Roberto Hernández. Foto: Ecured.
Por Víctor Joaquín Ortega

A lo mejor crees que he olvidado esa efeméride tan ligada a ti, Roberto Hernández. Pues no. De ella y de otras cuestiones relacionadas contigo hablé recién con otro amigo, José Francisco Reinoso, el mejor portero del fútbol cubano de todos los tiempos.

Y la señaló también Mario Torres, el autor de Efemérides deportivas. No somos tan ingratos para soslayar aquella exaltación al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo, el 19 de octubre de 2008.

Primero te tenemos en la memoria vencedor del viento y de la pista, pugnando con los rivales, casi siempre en la vanguardia de los 400 metros planos. Naciste el 6 de marzo de 1967, en Florida, territorio camagüeyano, pero tu familia se mudó para Limonar, en Matanzas.

Te tocó una sabrosa etapa de ebullición en las lides del músculo. Con escuelas a todo tren. El ámbito te conquistó y lo conquistaste apasionadamente. Es tu gran amor. Aunque el deporte te haya dejado una pierna en mal estado.  

Muchos no saben cómo pagan los héroes del deporte su dedicación cotidiana, el inmenso sacrifico físico y mental. El cuerpo siente ese esfuerzo extra, no presente en un ser normal, y le sale de alguna u otra manera, sobre todo después que descansan. El cerebro tampoco queda incólume.

De eso y más conversamos en aquella sencilla y hermosa fiesta de la que disfruté en la casa donde resides, en la Esquina de Tejas, municipio Cerro.

Siempre he dicho que los premiados enaltecen más a los premios que estos a los galardonados. Claro, si los merecen. El ascenso a la gloria no fue casualidad, por conveniencia o atado a lo coyuntural: tú eres digno de dicho reconocmiento.

Existe una obra. Sin negar -sería injusto- el apoyo de lo mejor del país, de los entrenadores, los médicos, los profesores a lo largo de tu carrera, para conseguirla dejaste la piel en el entrenamiento y las competencias. Y se la entregaste a tu pueblo. Lógico, tú eres tan de pueblo.

Integrante del equipo de relevo 4x400 metros que conquistó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 con 2: 9.51 minutos. Tus compañeros: Lázaro Martínez, Héctor Herrera y Norberto Téllez. Además, quinto lugar individual: 44.52 segundo.

Monarca panamericano en La Habana 1991 y bronce en Indianápolis 1987 con 44.52 y 45.13, respectivamente. Plata allá junto a Leandro Peñalver, Agustín Pavó y Lázaro Martínez: 2:59.72 minutos en el relevo largo. Oro en los 400 de los Centrocaribes de Ciudad de México 1990 con t tiempo de 44.84.

Ah, y aquel bronce en el Mundial de Roma, en 1987, cuando corriste el relevo 4x400 junto a Peñalver, Pavó y Martínez, dueños de 2:59.16.

Otros muchos lauros llegaron a tus vitrinas, medallas a tu cuello, triunfos a tu país. No te olvidamos como atleta y tampoco como el ser humano extraordinario que fuiste.    

Disfrute aquí la carrera final de 4x400 metros planos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde Cuba obtuvo plata y Roberto Hernández fue parte de ese relevo:

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