Roberto Acevedo: “Llevar la camiseta de Industriales es un orgullo”

Acevedo se ha ganado un puesto como regular en los últimos juegos de Industriales en la actual campaña. Foto: Cortesía del jugador.

Por Alejandro M. Abadía Torres

Desde pequeño a Roberto Acevedo le atrajo el béisbol. Quizás, como casi todo niño habanero se deleitaba con el equipo Industriales, dominante en los primeros años de este siglo de la mano del legendario Rey Vicente Anglada.

Ya desde entonces, lo traía en la sangre, como él mismo reconoce. “Cuando estaba en quinto grado, un compañero de aula, que practicaba en los terrenos aledaños a Tallapiedra, me embulló para que fuera con él y comenzara a entrenar en la pelota. Así fue como comenzó mi carrera. Al cabo de un tiempo terminé jugando por encima de ese amigo en el equipo”, recuerda. 

A pesar de haber comenzado a los 11 años en el deporte y no transitar por la llamada pirámide, de forma completa, esto no le afectó en su desarrollo posterior como atleta. Sin embargo, advierte que en un momento decidió no regresar más a los diamantes.

“Jugaba con la Habana Vieja y durante una provincial que tuvimos me sentí bien, para mí resultaba gratificante verme ahí, por sencillo que parezca. Sin embargo, después de eso me desvinculé por un tiempo. Cosas de niño. Dejé la pelota a un lado y me puse a hacer otras cosas hasta que mi papá logró convencerme de regresar. Hablamos con mis tíos y empecé a entrenar de nuevo, pero esta vez en La Habana del Este”, cuenta.

Acevedo debutó en Series Nacionales con Artemisa y también jugó con La Isla. Foto: Cortesía del jugador.
Pasado algún tiempo, Acevedo logró conformar la selección de La Habana que alcanzó el título en la Segunda Serie Nacional Sub-23 en el año 2015. “Después de haber quedado campeón, el mánager de Artemisa, el difunto Danny Valdespino, me llamó para ofrecerme la oportunidad de jugar por los Cazadores. Llegué al equipo a mitad de temporada y en 12 turnos no pude pegar de hit. Finalizada la temporada no quise regresar allá”. 

Al siguiente año regresó a la selección capitalina para disputar nuevamente el torneo para menores de 23 años, aunque no pudieron revalidar el título alcanzado anteriormente, algunos de sus integrantes lograron engrosar las filas de varios equipos de mayores en el torneo élite de la pelota cubana.

“Durante una subserie en La Isla se reunieron conmigo la dirección del equipo grande y el comisionado de La Habana para plantearme si quería jugar para los Piratas. Enseguida dije que sí, imagínate, para mí siempre fue un sueño jugar a Serie Nacional. No me importaba en ese momento con qué elenco fuera. Se me dio la oportunidad de jugar por allá y la aproveché al máximo. 

“Ese primer año me fue bien. Recuerdo una ocasión en la que a Michel Enríquez lo sustituyen por mí y cuando voy camino a tercera base él me paró y me dijo: Es tu turno chama, es ahora. Para mí eso representó un gran orgullo, de verdad que me sentí bien ahí con ellos”.

Dicen que no hay peor astilla que la del mismo palo y Roberto Acevedo es muestra de ello, pues, durante una subserie entre pineros y Leones le bateó de 10-5 al pitcheo Azul. “Contra Industriales tuve una buena subserie. Quería demostrarme a mí mismo que tenía capacidad para jugar al béisbol. Las cosas me salieron bien gracias a Dios”.

Los últimos años que jugó para la nave de los Piratas no fueron tan halagüeños para el muchacho de Habana Vieja, incluso llegó a lesionarse en la última temporada que disputó en La Isla de la Juventud.

“Después de tres años lejos decidí regresar a La Habana por cuestiones familiares. Estaba esperando un hijo y necesitaba estar cerca de mi esposa. Siempre resulta difícil mantenerse alejado de los seres queridos. Llegué a la capital y pude integrar la preselección y en definitiva formé parte del equipo”, apunta.

En los play-off de la pasada contienda, Roberto Acevedo vivió por primera vez una experiencia como esta. “Eso nunca se me va a olvidar. Recuerdo cuando salimos del hotel que entramos al club house sentí esa tremenda bulla del Estadio Latinoamericano y quise pararme en el terreno. 

“Yo lo había visto videos, por televisión, como aficionado, pero esa oportunidad de vivirlo fue tremenda. Cuando salí a calentar me la pasé todo el tiempo mirando para las gradas. No ganamos, que era lo más importante, pero viví un tremendo espectáculo”.

Foto: Cortesía del jugador.

Con 25 años, Acevedo aún le falta terreno por recorrer, sin embargo, cuando sale a la grama lo hace seguro de sí mismo, pendiente de cualquier detalle y deseoso de aportar en las aspiraciones del equipo que le toque defender. 

“Eso es algo que me caracteriza, siempre me ha gustado darlo todo en el terreno por respeto a la afición. A veces siento esa presión, pero así es el deporte. Pisar el césped del Latino siempre supone un reto, pero me he sabido reponer y buscar recursos para controlarme dentro del diamante”, asegura.

“El público capitalino le exige bastante al equipo, no es para menos, ellos quieren que todo sea perfecto. Empero, nosotros somos seres humanos y nos equivocamos, más aún en el béisbol, un deporte tan difícil. Ver a esa afición en las gradas genera un compromiso y siempre salimos a tratar de complacerlos, aunque no siempre se logre.

“En cada oportunidad que se me da trato de quedar bien conmigo mismo, para luego dejar una grata impresión entre los espectadores y la gente que me aprecia.

“Nosotros tenemos que vivir con eso inevitablemente, forma parte de la vida, siempre nos van a gritar. Solo alcanzar el campeonato puede calmar a la afición. La exigencia nunca faltará y más sobre un equipo con tanta historia. 

“Para eso entrenamos duro y pienso que en algún momento suceda porque así es Industriales y para mí es un orgullo llevar esta camiseta”.

1 Comentarios

  1. Solo decirle a Acevedo
    Concentración y dedicación
    Empeño y sacrifico
    He apreciado su interés y versatilidad en jugar posiciones
    Mas entrenamiento en el tiro wn movimiento

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