De la eternidad a la 60 Serie Nacional de Béisbol (I Parte)

Los premios con nombres de glorias deportivas son un necesario reconocimiento a la memoria histórica de nuestros clásicos nacionales. Foto: Cubadebate
Por Víctor Joaquín Ortega

Iniciativa justa y de gran impulso es premiar a los mejores jugadores de la 60 Serie Nacional de Béisbol con galardones que llevan los nombres de glorias del deporte nacional. Urge no dejarlas desaparecer enlazadas por el olvido. 

Sobre ellos expresaré mi sentir. Por encima de los números deportivos, su presencia nos hace muchísima falta. Urge fortalecer las almas de los contendientes, lograr la cubanía y la deportividad al máximo: la de entrenadores, directivos, árbitros, periodistas.

Todos ellos en su función esencial forjadora, sin limitarse a los músculos, y también la de las aficiones para alejarlas de la enajenación del fanatismo. ¡Cuánto nos pueden ayudar aquellos inmortales si los mantenemos activos en la memoria!

El reconocimiento al más destacado no podía llamarse de otro modo: Martín Dihigo. No solo por sus estadísticas maravillosas sino por su patriotismo a toda prueba. Jamás dio la espalda a las causas justas a pesar de profundas afrentas sufridas en varias etapas. 

Martín Dihigo es considerado el jugador más completo que ha pisado un terreno de béisbol. Foto: Ecured
Seguidor de las ideas de Antonio Maceo y José Martí intuía que, como señaló el Héroe Nacional: Pues si hay miserias y pequeñeces en la tierra propia, desertarlas es simplemente una infamia, y la verdadera superioridad no consiste en huir de ellas, ¡sino en ponerse a vencerlas!. Allá el que desertó y hasta dejó sus restos en territorio enemigo.

El Inmortal es el más integral de los peloteros de la mayor de las Antillas, uno de sus más refulgentes deportistas, grande entre los más grandes de todo el mundo.

Me duele escribir Yadier Pedroso en cuanto el reconocimiento al novato del año. Haberlo perdido muy joven con tanta vida que ofrecer sobre el montículo y mucho más allá... ¡Maldita la parca con sus golpes bajos...!

En su debut, el artemiseño alcanzó 11 victorias y 2.47 de efectividad. También sendos accidentes de tránsito nos birlaron al Héroe de Cartagena, José Antonio Huelga, escollo enorme para los rivales, y al habanero Santiago Changa” Mederos, un coloso desde la lomita, toda una elegancia vencedora. Cuiden bien esos premios el derecho y el zurdo que reciban esas denominaciones gloriosas. 

Huelga fue bautizado por Fidel como el Héroe de Cartagena. Foto: Periódico Vanguardia
El espirituano Huelga en siete campañas consiguió 73 ganados frente a 32 reveses para promedio de .695 y en carreras limpias exhibió 1.50. Ponchó a 729 y regaló 271 bases por bolas.

Por su parte, el capitalino acumuló en sus 15 campañas 123 éxitos y 67 fracasos para .647 y 1.97 de carreras limpias. Ponchó a mil 433 y concedió 633 boletos.

Desde una historia muy hermosa viene la reverencia al estadio merecedor de la más alta calidad: será con el Palmar de Junco. El grupo de anotadores más brillante tendrá en sus manos el Jesús Pit, un creador en su oficio. Con él trabajé en Juventud Rebelde y atestiguo su calidad humana tan elevada como su misión cotidiana y maestra en esa tarea.

El árbitro logrará el Alfredo Paz, conocedor de las reglas, decente dentro y fuera del terreno, ejemplo. Para el director, el Ramón Carneado, saber beisbolero concretado en cuatro coronas consecutivas con los Azules. 

Para los receptores, el premio no podía ser otro: Juan Castro García. Nadie como él en su etapa, sea por su labor en el país o en las competencias internacionales. Defensa hermética, elegancia artística, técnica de primera en el mascoteo, su brazo estupendo, recepción de los tiros, el bloqueo del home, la conducción de los lanzadores y el recibimiento de los envíos en el sitio de lo magnífico. 

Juan Castro brilló por su elegancia y solidez defensiva en la receptoría. Foto: Cubadebate
Los lanzadores sabían que hasta la más difícil de las cirigañas que tiraran no se le iban a “Juanito”. Coraje, combatividad y amor al béisbol al mismo nivel de las mencionadas cualidades atléticas. Sin esto, no triunfan. Y este cátcher fue un triunfador.

Aunque la ofensiva no significaba su arma principal, era sumamente oportuno, con la característica de que en las contiendas en el extranjero bateaba más que en las del patio Los ocupantes del box conocían de la potencia espiritual de este hombre, que emergía a la hora buena.

Estas son las estadísticas de Juan Castro en los clásicos cubanos, pero como todo ser humano superior, está por encima de ellas: 16 lides, 856 imparables, 146 dobles, ocho triples, 95 jonrones, 399 carreras anotadas, 453 impulsadas y .228 de average.

En próxima edición me referiré a las recompensas que se entregarán a los más distinguidos en las restantes posiciones, y el porqué de los nombres. Hasta entonces.

Continuará...

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