Ser el más corpulento no necesariamente es sinónimo de ser el más fuerte. Foto: Tomada de Internet |
Por Víctor Joaquín Ortega
En la primera parte de este texto mencionamos a campeones de los pesos máximos en la halterofilia olímpica con desempeños inferiores a los competidores de la división inmediata inferior. En esos casos se cumple la idea de que más corpulento no siempre es sinónimo de más fuerza.
Un error en este sentido puede costar galardones y hasta propiciar dolorosas derrotas.
Por mi cercanía a las pesas, como practicante y periodista, un antiguo comisionado de este deporte de apellido Moya me incluyó en una entrevista con reporteros extranjeros en vísperas de los Centrocaribes de Panamá 1970.
El directivo me pidió que le rebajara kilogramos a lo levantado por los representantes cubanos. Lo hice. En la capital istmeña, cuando triunfamos sobre la plataforma, comprendí mucho más que había puesto mi granito de arena en los lauros.
Pasaban a un medio a los semicompletos o a un semicompleto a un medio y así..., basados en “nuestros resultados”.
En esos Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970 Fernando Bernal (supercompleto), Pastor Rodríguez (67.5 kilos), Juan Curbelo (82.5), Abel López (75) Andrés Martínez (90), Arcadio Ayllón (110), e Ignacio Guanche (60) se agenciaron los títulos.
Por su parte, Francisco Casamayor (52) y Rolando Chang (56) alcanzaron el segundo escaño en total.
Aporte de 22 preseas de oro, nueve de plata y una de bronce a las 98 coronas, 61 subtítulos y 51 terceros puestos de Cuba que nos situaron en la vanguardia del medallero.
Bernal fue el hombre más fuerte del torneo con 482.5 de triatlón: 162.5 en fuerza, 132.5 en arranque y 187.5 en envión.
En la primera parte de este texto mencionamos a campeones de los pesos máximos en la halterofilia olímpica con desempeños inferiores a los competidores de la división inmediata inferior. En esos casos se cumple la idea de que más corpulento no siempre es sinónimo de más fuerza.
En Juegos Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe, en las lides regionales anuales y hasta en los campeonatos nacionales suele pasar igual. Y hay que estar muy claros para situar a los pesistas de acuerdo a los resultados propios y de los oponentes.
Un error en este sentido puede costar galardones y hasta propiciar dolorosas derrotas.
Por mi cercanía a las pesas, como practicante y periodista, un antiguo comisionado de este deporte de apellido Moya me incluyó en una entrevista con reporteros extranjeros en vísperas de los Centrocaribes de Panamá 1970.
El directivo me pidió que le rebajara kilogramos a lo levantado por los representantes cubanos. Lo hice. En la capital istmeña, cuando triunfamos sobre la plataforma, comprendí mucho más que había puesto mi granito de arena en los lauros.
Cuba arrasó en Panamá 1970 y el levantamiento de pesas aportó casi la cuarta parte de los títulos alcanzados. Foto: Tomada de Internet |
Los reporteros trataron de extraerme información para ofrecerla a los entrenadores de sus países: les di la mala. Muchos de estos colocaron a sus contendientes de acuerdo a lo averiguado.
Pasaban a un medio a los semicompletos o a un semicompleto a un medio y así..., basados en “nuestros resultados”.
En esos Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970 Fernando Bernal (supercompleto), Pastor Rodríguez (67.5 kilos), Juan Curbelo (82.5), Abel López (75) Andrés Martínez (90), Arcadio Ayllón (110), e Ignacio Guanche (60) se agenciaron los títulos.
Aporte de 22 preseas de oro, nueve de plata y una de bronce a las 98 coronas, 61 subtítulos y 51 terceros puestos de Cuba que nos situaron en la vanguardia del medallero.
Bernal fue el hombre más fuerte del torneo con 482.5 de triatlón: 162.5 en fuerza, 132.5 en arranque y 187.5 en envión.
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