Los caribeños hicieron historia al convertirse en los primeros representantes de este deporte en agenciarse una presea olímpica. Foto: Ecured |
Por Dimelsa Martín Soria
Veinte años han transcurrido desde que el 15 de septiembre de 2000 se inauguraron los Juegos Olímpicos de la capital australiana de Sydney, última cita del siglo XX, matizada por momentos únicos como el encendido del pebetero a manos de Cathy Freeman, atleta aborigen de la nación sede.En este certamen bajo los cinco aros, con particpacion de 10 651 atletas de 199 naciones, la Mayor de las Antillas quedó ubicada en la novena posición por países, con 11 preseas doradas, igual número de metales plateados y siete bronces, éxito en el que estuvieron involucradas disciplinas como el boxeo, el judo, la lucha, el voleibol, el atletismo y el canotaje, por solo citar algunos.
Un día como este 30 de septiembre en el marco de la Olimpiada de Sydney se edita una de las tantas hazañas protagonizadas por la delegación cubana en este evento.
Ledys Frank Balceiro en el C-1 a mil metros e Ibahim Rojas y Leobaldo Pereira en el C-2 a la misma distancia logran llegar a la segunda posición en sus eventos.
Solo superados por Alemania y Rumania, respectivamente, los caribeños hicieron historia al convertirse en los primeros representantes de este deporte en agenciarse una presea olímpica, posición que volvió a ostentar cuatro años más tarde en Atenas la dupla Balceiro- Rojas.
De esta manera comenzó a desbrozarse el camino para el piragüismo en este tipo de lides, un sendero que ve continuidad en atletas como el experimentado Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge, en una disciplina ampliamente dominada por europeos, en la que éstos últimos se incluyen por méritos propios entre los representantes de Cuba para la justa de Tokio.