Doctor Eusebio Leal Spengler. Foto: Periódico Vanguardia. |
Por: Elena Iglesias Cuesta
Cuando la esperanza de recuperar la belleza de La Habana se minimizó y se hizo casi nulo el anhelo para muchos, ahí estaba él para salvarla, Eusebio Leal Spengler.
Un hombre que tuvo la iluminación personal de nunca cruzarse de brazos, de nunca rendirse, que defendió con ahínco la unidad de la nación cubana y creyó en los hombres, la humanidad y la patria como sus principales divisas.
¿Cómo no darlo todo por su amada Habana, ciudad que lo vio nacer el 11 de septiembre de 1942?
Cuando en 1959 comienza a trabajar en la Administración Metropolitana de La Habana y luego en 1967 es designado director del Museo de la Ciudad, ya era un hecho, Leal Spengler era el hombre que salvaría a la capital de todos los cubanos.
Luego, asume las obras de restauración de la Casa de Gobierno, antiguo Palacio de los Capitanes Generales y Casa Capitular, que concluyen en 1979.
En 1981 se le confiere la responsabilidad de concluir las inversiones de las obras de restauración aprobada por el Gobierno de la ciudad.
Luego, en abril de 1986 le es asignada la responsabilidad de restaurar la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña y más tarde el Castillo de los Tres Reyes del Morro.
¿Pero, de qué manera un hombre que alcanzó estudios solo después del triunfo de la Revolución en 1959, casi con 17 años, pudo asumir tales retos?
Solo su amor al prójimo, el sentido de pertenencia a lo suyo y a los suyos y el infinito amor por Cuba, lo llevó a convertirse en el irreductible guerrero de la belleza.
Cada gota de sudor derramada por él en las calles y adoquines de La Habana, las tantas veces que perdió el aliento en el desandar por su ciudad, tiene como respuesta el esplendor de la capital cubana y las obras del 500 aniversario de la Villa de San Cristóbal.
Eusebio Leal se ha ido el último día del mes de julio, un día después del vil asesinato de Abel Santamaría por los esbirros de la tiranía de Fulgencio Batista y en el mes en el que los cubanos celebramos el Día de la Rebeldía Nacional.
Solo un grande como él podía pasar al pedestal de la patria en fecha tan señalada.
Se ha ido el historiador de La Habana, el fundador, el hombre que no fue ajeno a las adversidades, un gran cubano que fue fiel a su sueño y ayudó a hacer realidad el sueño de muchos.
Auténtico pensador, ejemplo, personalidad excepcional, leal a la patria, al trabajo creador y a la virtud, Eusebio se ganó con la obra de su vida, el afecto y la admiración de todos los cubanos.
Es una de las mejores expresiones de la Revolución cubana, un buen hijo de Fidel Castro, militante comunista y protagonista de momentos gloriosos.
Nuestro presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, escribió en Twitter:
“Hoy se nos ha ido el cubano que salvó a La Habana por encargo de Fidel y se lo tomó tan apasionadamente, que ya su nombre no es suyo, sino sinónimo de la ciudad. Ha muerto nuestro querido Leal”.
Así te recordaremos querido historiador, como el hombre imprescindible que eres, fuiste y continuarás siendo.
¡Gloria Eterna a Eusebio Leal!