El Complejo se inauguró en 1991 para los Juegos Panamericanos de La Habana, y fue restaurado en 2017 tras un período de notable deterioro. Foto: Jit. |
El Complejo de Piscinas Baraguá, sede desde hace tres años de la Escuela Nacional de Deportes Acuáticos, está prácticamente listo para recibir a los nadadores y clavadistas que volverán a los entrenamientos el venidero 15 de agosto.
Así lo constató Ariel Sainz, vicepresidente del Insituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), en detallada visita realizada a una instalación resurgida prácticamente de sus “cenizas” y que pese a las limitaciones actuales mantiene su belleza, confort y sobre todo la organización de sus procesos deportivos y educativos.
Junto a comisionados, directivos del Inder, del Complejo y de la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Giraldo Córdova Cardín (Esfaar), Sainz apreció las medidas tomadas para que los jóvenes comprometidos con los Juegos Olímpicos de Tokio puedan reiniciar su preparación sin peligro de contagio en medio de la pandemia de la COVID-19.
Al respecto celebró la higiene y el orden reinantes en el recinto inaugurado en 1991 para los XI Juegos Panamericanos de La Habana, y restaurado hacia 2017 tras un periodo de notable deterioro.
El directivo visitó el gimnasio de los clavadistas, donde se repara un borde del tabloncillo, debe rellenarse con esponja el foso y construirse una plataforma a base de metales. Allí intercambió con varios profesores del Complejo, a quienes insistió en la importancia de mantener la disciplina para evitar un foco de contagios.
Sus palabras alertaron sobre la habilitación del centro, exclusivamente, para un mínimo de atletas con opciones reales y hasta lejanas de clasificarse o recibir invitación para la cita de Tokio. "No habrá otros atletas aquí hasta el mes de septiembre", reiteró Sainz.
En otro momento de su recorrido apreció la limpieza de las tres albercas, cuyo llenado (50 metros y tanque de clavados) se producirá dentro de varios días, una vez se reciba el permiso de las autoridades de salud.
La disponibilidad de cloro fue analizada también, y se supo de la garantía para el arranque de las actividades y del compromiso de recibir la cifra asignada a partir del 15 de agosto, una vez concluya el suministro a las albercas vinculadas al verano.
Acompañado por Yohselyn Ramiro, directora de formación y superación; y por Agustín Abril, director de organización y programación deportivas, ambos del Inder-Central, el vicepresidente revisó las habitaciones y servicios sanitarios, donde la limpieza, la nueva pintura, la calidad del mobiliario y la disponibilidad de climatización ofrecen garantías para la vida, el descanso y el esparcimiento.
Al pie de la letra se cumple allí la distancia entre literas y la distribución de atletas (sin hacinamiento) para el reinicio del curso escolar en septiembre, lo cual exigió convertir en dormitorios algunas salas que originalmente sirvieron como lobbys u oficinas.
La colocación de alguna puerta, el cambio de grifos y luminarias, la batalla contra alguna gotera o tupición son acciones del día a día en un sitio agradable y donde se respira compromiso por desarrollar la natación, el clavado y la natación sincronizada en nuestro país.
Los restaurantes se mantienen listos y el área de cocina recibió mejoras que auguran el certifico por parte de las autoridades sanitarias. Las cámaras de frío funcionan (mantenimiento y congelación) y los suministros para el inicio de las actividades están garantizados. La chapea de las áreas aledañas también avanza poco a poco.
En definitiva, Baraguá, ese recuerdo de La Habana 1991, y ese símbolo de resurrección del deporte cubano, está casi listo para acoger a sus atletas y “ahogar” al nuevo coronavirus.
Tomado de Jit
Revisar
clavados
complejo de piscinas baragua
deporte
deporte cubano
habana del este
inder
la habana
natacion
radio coco
radiococo