A partir de la presencia eterna del Atleta Mayor (V y Final): continĂșa la obra deportiva

Idalys Ortiz, tres veces medallista olĂ­mpica y monarca en Londres 2012. Foto: Cubahora.
Por VĂ­ctor JoaquĂ­n Ortega

El medallero no es la Ășnica medida del desarrollo de la cultura fĂ­sica de un paĂ­s. Pierre de Coubertin, a finales del siglo XIX, lo dijo bien claro. Gran falla es adjudicar a la lucha por la masividad el objetivo fundamental de garantizar la conquista de preseas y marcas.

Fidel Castro lo esclareciĂł el 24 de agosto de 1974: “...los campeones dan la medida del avance tĂ©cnico... No hacemos deportes solo para producir campeones, hacemos deporte por el bienestar de la juventud y por el bienestar del pueblo”.

¿Acaso Cuba tenĂ­a mayor desarrollo ajedrecĂ­stico que la UniĂłn SoviĂ©tica cuando JosĂ© RaĂșl Capablanca se hizo campeĂłn mundial y vencĂ­a a los mejores maestros de este paĂ­s o de cualquier otro avanzado? ¿HabĂ­a fortaleza en nuestra esgrima cuando RamĂłn Fonst, de solo 17 abriles, se convierte en ParĂ­s 1900 en el primer as olĂ­mpico de AmĂ©rica Latina y, cuatro años mĂĄs tarde, encabeza un seleccionado capaz de arrasar en San Luis?

Fonst y también Capablanca fueron genios de sus respectivas disciplinas, capaces de derribar todas las vallas y burlarse de la lógica con sus condiciones excepcionales. El primero, con Francia como escenario principal, adquirió en el extranjero no solo educación. Tampoco fueron mordidos por la miseria.

Hablar de auge deportivo real en Kenya, EtiopĂ­a o Jamaica, obnubilados por el fetichismo de las estadĂ­sticas del atletismo, es desafortunado: arribe a la esencia de los nĂșmeros y condĂșzcalos al nivel fidedigno.

En esos territorios no existe una cultura fĂ­sica de envergadura: extraordinarios corredores, sĂ­, ¿pero dĂłnde estĂĄn sus basquetbolistas, voleibolistas, balonmanistas, esgrimistas, tiradores, pesistas, luchadores, pĂșgiles, judocas, polistas, gimnastas…? ¿Hay clases de educaciĂłn fĂ­sica para todas las personas, masividad…?

Los remito, ademås, a la cantidad de habitantes que nos sacan naciones como la colombiana, con "desgobiernos" incapaces de preocuparse ante las tantas muertes cotidianas de niños y adolescentes por hambre en La Guajira, que invierten en la importación de entrenadores consagrados y bien pagados para obtener galardones.
El tres veces campeĂłn olĂ­mpico MijaĂ­n LĂłpez es el referente actual del deporte cubano. Foto: Vanguardia.cu.
La década mås reciente

Una séptima fase en este recuento podría llamarse la del Gran Cambio (2011 -2020), en la cual han aparecido la remuneración y los contratos. Bienvenidos.

Fidel ha planteado tener muy en cuenta el momento histĂłrico y el cambio de todo lo que deba ser cambiado.

Ah, complementa esa visión dialéctica al esclarecer que jamås debemos abandonar los valores, la lid contra la maldad externa e interna, el trato a los demås como seres humanos, el internacionalismo...Para esto no hay cambio alguno. La cultura física no puede quedar fuera de estas ideas.

Las exigencias del deporte obligaban a dedicarse a Ă©l por entero. Si un poeta, un mĂșsico, un bailarĂ­n o un pintor cobran por lo que hacen -el arte, algo tan divino-, ¿por quĂ© un deportista no va a tener el mismo derecho al llenar las instalaciones con una actividad tan cultural como los versos y los cantos, el ballet y los cuadros?

Profundizo. El profesionalismo escultivo o utilizaciĂłn de una actividad como medio de lucro,y esto Ășltimo es la ganancia o provecho que se obtiene de algo, especialmente de un negocio.

Sin embargo, profesionalidad es la calidad en lo que se realiza, eficacia en la propia profesiĂłn. y el profesional es lo relativo a quien se dedica a una profesiĂłn por oposiciĂłn al aficionado.

Admiremos entonces la profesionalidad, su eficacia, el aumento de las posibilidades, y no el lucro por los negocios del profesionalismo. No es igual poder entregarse al deporte de su elecciĂłn, vivir para el deporte y no del deporte, porque el pueblo lo quiere, lo permite y lo festeja (como en Cuba), que la actividad infestada por el poder de "don dinero" de diversas regiones.

El olimpismo congeló, empequeñeció, llegó a abolir la palabra amateur de sus clåusulas desde hace bastante tiempo: el gran brinco con los integrantes del dream team de baloncesto de Estados Unidos en Barcelona 1992.

Mucho antes, tales cĂłdigos eran burlados. Vayamos al verdadero fin de esa “objetividad”: la mirada de muchos de los dirigentes del ComitĂ© OlĂ­mpico Internacion al anclĂł en las fabulosas ganancias que hasta imponen cambios en las reglas y avivan lados putrefactos.

Contendientes e instructores se cansaron de que no les dieran un buen pedazo del pastel engullido por funcionarios y comerciantes: la televisiĂłn, las fĂĄbricas de vestimentas y calzados apropiados, etcĂ©tera, sin arriesgar un dedo sobre el ring, el tatami, los estadios… Los protagonistas exigieron tajadas suculentas.

El nuevo escenario trae nuevas complicaciones, aunque la decisiĂłn estĂĄ sustentada en que los asalariados recibirĂĄn “... lo que le corresponde segĂșn su trabajo”, pues los ingresos “...dependen de los resultados alcanzados en el deporte que practica...”; debe cumplir con su actuaciĂłn en las selecciones del paĂ­s, y “...tiene la posibilidad de contratarse en equipos en el exterior, protegido por el Inder (Insituto Nacional de Deportes, EducaciĂłn FĂ­sica y RecreaciĂłn) y las federaciones deportivas, sin ser tratado como una mercancĂ­a” y serĂĄ comprendido en la seguridad social, segĂșn los documentos oficiales.
Ismael Borrero, dos veces monarca mundial y campeĂłn olĂ­mpico. Foto: Juventud Rebelde.
Los contratados jamĂĄs serĂĄn vendidos al mejor postor, nunca estarĂĄn solos en un ambiente tan infestado, robustecerĂĄn fogueo, oficio, profesionalidad allĂĄ, incrementarĂĄn su economĂ­a, aportarĂĄn un porcentaje de los ingresos del paĂ­s y la seguirĂĄn representando en el entorno internacional.

Los cambios hay que enfrentarlos con la dialéctica y la honestidad en alto y un elevado sentido de la creatividad. El Héroe Nacional José Martí lo dilucida: hay que desconfiar de lo peor del ser humano y creer en lo superior de este. Debemos fortalecer lo mås puro y derrotar lo mås infecto en un soldador, un escritor o un pelotero; que no imite a un oso de circo que realiza su tarea por el caramelo prometido.

Graziella Pogolotti ilumina en su artĂ­culo Pensamiento y acciĂłn: "En este contexto dominado por principios utilitaristas de ganancia, se perfila la muerte del espĂ­ritu” (Juventud Rebelde, 19 de julio de 2015).

¿Imprescindible?: mĂĄs calidad en la formaciĂłn integral y en la atenciĂłn espiritual y material. Los directores tĂ©cnicos, los entrenadores deben ser, ante todo, forjadores: jamĂĄs pueden circunscribirse a aumentar la fuerza o la rapidez.

Al deportista le es vital poseer gran estatura Ă©tica y cultural. Al cubano mĂĄs. Surgido de las masas, si se separa de ellas, languidece y aun puede ser despreciado por esas mismas masas que pesaron en su adelanto y refulgencia, sin ocultar el sacrificio y las dotes personales.

Recordemos lo expresado por Fidel el 16 de septiembre de 1987, durante el recibimiento a la delegaciĂłn cubana a los Juegos Panamericanos de IndianĂĄpolis: "Hay principios que estĂĄn por encima de todos los demĂĄs, estĂĄn por encima, incluso, de todas las medallas de oro…”.

Y continuemos batallando por ese deseo tan justo: “Soñamos con el dĂ­a en que no aparezca un paĂ­s europeo, muy nĂłrdico, muy blanco y de ojos azules, cuyas competencias las realiza tanto con kenianos, nigerianos, etĂ­opes o ciudadanos de otros paĂ­ses, como con ciudadanos cubanos que se han robado…" (28 de septiembre del 2000).
En las escuelas comienza el movimiento masivo del deporte en Cuba. Foto: Cubadebate.
Se precisa reconocer las grietas del movimiento atlético propio para eliminarlas. Lanzada la masividad a un segundo plano por algunos. Culto al campeonismo. Exaltación desmedida al somatotipo. Millones de participantes en papeles, pero débil sistematicidad.

Deficiencias en las clases de educaciĂłn fĂ­sica. Soslayo a la polĂ­tica de cuadros: personas no idĂłneas en diversos cargos. La riqueza cientĂ­fica subutilizada. Apremian relaciones plenas entre el Inder y la Universidad de Ciencias de la Cultura FĂ­sica y el Deporte. FrĂĄgil mantenimiento a las instalaciones y construcciones en mal estado.

Urge revivir los consejos voluntarios, las ĂĄreas especiales y racionalizar recursos. Saber andar por los caminos de la remuneraciĂłn, los contratos, la relaciĂłn con las ligas profesionales; alejados de la burocratizaciĂłn, no agigantar las pausas.

Necesitamos también mejor atención a la familia deportiva. Fortificar el quehacer político ideológico con creatividad, profundidad y hermosura. Debemos tener presente para las subsiguientes etapas la terrible pandemia de la COVID-19: cuando sea vencida dejarå secuelas en la salud física y mental.

Cuba busca sus sueños en un escenario complejo y bajo asedio, herida como todo aunque estableciĂł relaciones con Estados Unidos que, desde sus peores cĂ­rculos, intenta envilecernos y derrumbarnos con manjares -¡cuĂĄnto veneno traen!- y el garrote presto.

Las “trumpadas rubiancas “dejaron sin antifaz los asquerosos anhelos del enemigo de nuestro movimiento deportivo, el mĂĄs puro, aunque perfectible, Sin dogmatismo, debemos transformarlo y rescatarlo, y preparar el alma de los protagonistas para vencer la vileza estĂ©n donde estĂ©n.

En Cuba abundan los retos, pero el deporte serĂĄ siempre un derecho del pueblo.

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