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Jacinto García Espinosa. Foto tomada de Ecured |
Por: Eduardo Douglas
“Hay
hombres que luchan un día y son buenos, pero existen los que luchan toda la
vida, esos son los imprescindibles”.
Bertolt Brecht
Ese verso de Bertolt Brecht caracteriza
como ninguno al mártir Jacinto García
Espinosa, joven revolucionario que cayó
valientemente en el ataque al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.
Nacido en La Habana el 29 de
diciembre de 1924 asistió a la escuela pública No. 37, del Cerro y luego a un
colegio privado. Admirador del líder sindical Aracelio Iglesias, desde muy
joven se convirtió en un gran agitador contra el mujalismo sindical, por lo que
sus compañeros lo llamaron El Cadete.
Tras la muerte de Aracelio
Iglesias intensificó sus acciones a favor de los trabajadores y contra los políticos
corruptos, lo que trajo como consecuencia que fuera perseguido por la policía y
las patronales.
Como miembro activo de la
Juventud Ortodoxa participó en actos
estudiantiles y manifestaciones contra el golpe de estado del 10 de marzo de
1952.
El 16 de marzo del 1952, Jacinto
asistió al acto de homenaje frente a la
tumba de Eduardo Chibás en el Cementerio de Colón, donde Fidel Castro planteo a
los revolucionarios allí reunidos, la necesidad de estructurar un movimiento
insurreccional que condujera al derrocamiento de la tiranía.
Pocos días después el líder
histórico de la Revolución se reunía con el Comité de Reafirmación Ortodoxa del
Cerro, al cual pertenecía García Espinosa, que se incorporó de inmediato a la
célula revolucionaria de ese municipio, poniendo a disposición del movimiento sus
conocimientos de la Técnica Militar.
El 20 de julio del 1953 el
cadete del Cerro se ocupó del traslado
de las armas en ómnibus desde La Habana hasta la Granjita Siboney.
Un día antes se despedía de
su madre con una hermosa carta en la que expresaba que expresando que tenía dos grandes amores: la
Patria y ella.
En el amanecer glorioso del 26 de Julio, Jacinto García Espinosa caía
en al asalto al cuartel Moncada, un asaltoa lcielo que pretendía alcanzar la
justicia social para el pueblo cubano, ese
mismo que lo vio luchar desde muy
joven en las calles del Cerro y en el puerto de la habana contra la corrupción
y el abuso de los patronos.
Al igual que sus compañeros mártires de aquella acción
contra la dictadura batistiana, su sacrifico no fue en vano, porque la justicia
y la dignidad llego a todos los cubanos el primero de enero de1959.
El sueño de Jacinto García
Espinosa, El Cadete, se había cumplido.
Vea más detalles en el siguiente audio:
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