Agustín Cartaya, compositor de la marcha del 26 de Julio. Foto: Cortesía Odette Fumero. |
Desde muy joven Agustín Cartaya se sintió comprometido con la causa revolucionaria y se lanzó a la lucha porque sentía que no tenía nada que perder y sí mucho que ganar.
Su ímpetu lo llevó a ser partícipe de un momento que por su trascendencia marcó la historia de Cuba. Fue lo que sucedió el 26 de julio de 1953 con el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y el hecho tuvo tal trascendencia que derivó en el Día de la Rebeldía Nacional al determinar el curso posterior de la Revolución.
"Fidel insta a una serie de compañeros a que se reunan con él para crear el Movimiento del Centenario en honor al Apóstol porque él consideraba que en su centenario, era necesario que Martí viviera nuevamente como un hecho revolucionario que instara al movimiento en ciernes que él creó en Prado número 209.
Así se lo hizo saber a todos los jefes de cédula de los distintos barrios. Había un grupo político y otro militar encargados de hacer todo lo relacionado con el movimiento", recuerda Cartaya.
Según él mismo refiere, fue doblemente elegido por Fidel, porque pudo participar en el asalto y porque tuvo a su cargo la composición de la Marcha de la Libertad, luego conocida como la marcha del 26 de julio.
A sus 90 años se siente tan comprometido con la Revolución como el primer día y mantiene su mismo actuar.