Pedro Pérez Dueñas. Montaje: Yelemny Estopiñán Rivero |
Autor: Víctor Joaquín Ortega
El olvido no puede atrapar al protagonista y a todo el que ama el deporte: el pinareño Pedro Pérez Dueñas, más cerca del adolescente que del adulto, quiebra la marca mundial de triple salto en los Panamericanos de Cali 1971 al clavar los pinchos a 17.40 metros, y se convierte en el primer recordista mundial individual de su patria en cualquier disciplina*.
Es el
as de la prueba, seguido del brasileño Nelson Prudencio (16.82) -plata olímpica
en México 1968-, y el norteamericano John Craft (16.32). Un año antes, en los Juegos
Centroamericanos y del Caribe de Panamá había mostrado su buen quehacer, sobre
todo prometedor: venció con 16.33 y dejó atrás a dos compatriotas: el veterano
José Hernández (15.79) y Juan Velázquez (15.61).
En la cita del subcontinente de Santo Domingo 1974, vuelve a triunfar (17.01), seguido de otros dos cubanos: Armando Herrera (16.37) y Juvenal Pérez (15.91). Concurre a la magna cita de Múnich 1972, la vigésima, y no pasa a la final con 15.72 y 14.85.
Fiel a su vocación y aptitudes, estudia Medicina. La mayoría de los integrantes del alto rendimiento prefiere la cultura física como carrera. Al muchacho que con solo 18 años rompió una plusmarca del orbe, se le dificulta cada vez más su doble batallar al intensificarse sus marchas docente y atlética, y al chocar una con otra.
Acude a Montreal 1976; sufre una lesión en el muslo. Batalla duro: segundo lugar en la etapa eliminatoria con 16.51; finaliza cuarto al lograr 16.81, superado solamente por Saneev (17.29), el estadounidense James Butts (17.18) y Joao Carlos de Oliveira (16.90), de Brasil.
El demasiado esfuerzo a tan temprana edad dejó sus huellas… Después, ahora, prevenir, curar, recuperar, animar, seguir ligado a las lides del músculo como médico deportivo, licenciado también en Cultura Física, mientras el récord son recuerdos de un salto allá en Colombia…
* Los integrantes del relevo 4 x 100 de Cuba: Hermes Ramírez, Juan Morales, Pablo Montes y Enrique Figuerola, al vencer con 38.7 en su lid eliminatoria en los Juegos Olímpicos de 1968, son los primeros deportistas de la mayor de las Antillas que rompieron una marca mundial. Duró solo 20 minutos: los jamaiquinos lograron 38.6 en su heat.
La cota quedó en poder de los norteamericanos, vencidos dos veces en la justa por los de la isla caribeña, cuando en la final cronometraron 38.24: Charles Grenne, Melvin Pender, Ronnie Ray y Jim Hines. Nuestros representantes finalizaron segundos con 38.43.
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