Foto: Radio Rebelde |
Autor: Buró Nacional de la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños (Anap)/Periódico Granma
El pasado 22 de abril, el Departamento de Estado de los Estados Unidos (EE.UU.) anunció la decisión de incluir el café en la lista de productos cubanos producidos por el sector no estatal, que se permitiría sean importados en ese país.
El pasado 22 de abril, el Departamento de Estado de los Estados Unidos (EE.UU.) anunció la decisión de incluir el café en la lista de productos cubanos producidos por el sector no estatal, que se permitiría sean importados en ese país.
Con esta acción se daba continuidad a una medida adoptada por el gobierno de la nació norteña en febrero del 2015, autorizando exportaciones cubanas muy limitadas, que excluyeron todos los bienes y servicios producidos por empresas estatales.
Llama la atención que en su anuncio, el Departamento de Estado aclaró que para ello “los empresarios cubanos tienen que demostrar su independencia del Estado” y señaló que esta es otra medida pensada con el fin de “apoyar la capacidad del pueblo cubano para lograr un mayor control de sus propias vidas y determinar el futuro de su país”.
Lo que no dijo el Departamento de Estado es que por el hecho de haber desprovisto unilateralmente a Cuba - después de decretado el bloqueo- del tratamiento de nación más favorecida, que por derecho nos corresponde como Estado fundador de la Organización Mundial del Comercio, cualquier producto cubano que se quiera exportar a los Estados Unidos tiene que pagar las más altas tarifas aduanales, lo cual hace prácticamente imposible su importación en ese país.
También ignora que la Ley de Reforma Agraria, promulgada tras al triunfo de la Revolución en 1959, hizo dueñas de las tierras a más de 200 mil familias campesinas, y que el Estado cubano ha implementado desde entonces un programa para el desarrollo productivo, económico y social del campesinado de la mayor de las Antillas y ha garantizado la asistencia a la producción, el acceso al crédito, mercado seguro para sus productos y otros beneficios sociales.
Nadie puede
pensar que un pequeño productor agrícola puede exportar directamente a los
Estados Unidos. Para que esto sea posible tienen que participar empresas
cubanas de comercio exterior y tienen que producirse transacciones financieras
en dólares, que hasta ahora no se han podido concretar.
Estamos
conscientes de que el objetivo que persigue este tipo de medidas es influir
sobre el campesinado cubano y separarlo de nuestro Estado.
Los pequeños
agricultores cubanos no les tememos a los cambios, siempre que sean impulsados
por nosotros mismos. Por esa poderosa razón, la pretensión permanente del
gobierno de los Estados Unidos de quebrantar la unidad del pueblo de Cuba no
puede permitirse, porque destruiría un proceso revolucionario que nos ha
brindado democracia participativa, libertad, soberanía e independencia.
Los
campesinos cubanos somos miembros de la sociedad civil socialista y existimos como
parte del Estado y no en contraposición a este, que representa el poder del
pueblo. Junto a los obreros y a todo nuestro pueblo, nos enfrentamos al
objetivo de la política imperialista, de promover la división y la
desintegración de la sociedad cubana, que es lo que se pretende con una medida
como la anunciada recientemente.
Si el
gobierno de los Estados Unidos quiere realmente contribuir al bienestar de los
cubanos, lo que tiene que hacer es levantar definitivamente el bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto desde hace más de 50 años, que es
el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba.
Los
campesinos cubanos ratificamos la fidelidad a nuestro Estado revolucionario
frente a todos los riesgos y desafíos, y continuaremos construyendo un socialismo
próspero y sostenible, con todos y para el bien de todos, con el compromiso
patriótico de seguir produciendo para el pueblo.
Buró Nacional de la Anap
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