Foto: Jose M. Correa |
El 13 de marzo de 1957 seguirá siendo una fecha que resuena a través de la Historia como el eco de los grandes.
Estudiantes de las universidades de Cuba, miembros de aquel Directorio Revolucionario y patriotas en general, recordarán por estos dÃas, como cada año, la gesta que intentó arrancar de palmo al despotismo y la barbarie, limpiando el camino a quienes, desde la Sierra esparcÃan la luz de la libertad.
Más que un plan de actividades, el homenaje irá a la esencia humana de aquellos muchachos del Directorio, que como dijera MartÃ, llevaron en sà la vergüenza de muchos, al enfrentarse a la fiera en su propia madriguera y asaltar además una de las emisoras más importantes y de mayor alcance del paÃs, Radio Reloj.
Habrá toques de silencio, llamados de atención, sonará el Himno Nacional. Las aulas de Cuba serán el escenario propicio para una historia jamás olvidada, los salones del Museo de la Revolución (antiguo Palacio Presidencial), recibirán a los asaltantes del presente, que en lugar de armas traerán ideas, sueños, planes concretos de nación y mucho respeto por José Antonio EcheverrÃa, mártir y lÃder, hombre que junto a otros tantos nunca temió la represalia y que hizo gala de esa máxima de “morir por la Patria es vivir”.
Cuando triunfó la Revolución, en los albores de enero, Fidel dijo desde un balcón del Palacio Presidencial que a partir de entonces el edificio dejarÃa de propiciar males, y muchas cosas buenas saldrÃan del recinto, en favor de las grandes mayorÃas. Promesa que iba a la esencia martiana de un proceso hecho realidad. El 13 de marzo será el dÃa en que la Patria agradecida rendirá tributo a esos mártires renacidos. Una rosa blanca de pureza y agradecimiento descansará en la estatua del valiente José Antonio EcheverrÃa.