Estatua de José Martí en el Parque Central de La Habana. Foto: Internet |
Autora: Caridad Labrada Curbelo
De José Martí hablan varios lugares de La Habana, donde
las huellas de su pensamiento y caminar confirman la vigencia de los ideales
patrios del Héroe Nacional de Cuba, también reconocido como uno de los próceres
más ilustres de América.
De ahí la importancia de descubrir la ruta cubana del Apóstol desde la perspectiva histórica que lo eterniza por su valor humano y consagración revolucionaria, a través de sitios como el Museo Casa Natal, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, pleno de recuerdos del primogénito nacido en la isla del Caribe, de un joven matrimonio español, el 28 de enero de 1853.
Una amplia colección de objetos atesorados en el otrora hogar de arquitectura sencilla y estilo colonial español, es exhibida en siete salas permanentes y un área de exposición transitoria, a los cuales se anexan los restos de la Real Cárcel de La Habana para hacer las delicias del público estudioso de la vida de Pepe, como lo llamaran sus padres Mariano, de Valencia, y la canaria Leonor.
Los testimonios abundan desde la etapa de deportación hacia España en 1871, sus viajes a México, Guatemala y la estancia en Estados Unidos (1880-1895), el período que vivió en Venezuela y la designación como cónsul en Nueva York de Uruguay, Paraguay y Argentina –cargos a los que renunció en aras de su quehacer independentista.
Pero no sólo la casita ubicada en Calle Leonor Pérez, Número 314 entre Egido y Picota, en La Habana Vieja, mantienen fresca la impronta de José Martí en la capital de la isla, pues a solo unos metros de allí están los restos de la antigua Real Cárcel de La Habana, donde permaneció durante meses y con tan solo 16 años de edad fue condenado a trabajo forzado por el delito de infidencia.
Todavía hoy parece que el Preso 113 desea mostrar al viajero el sufrimiento vivido por el injusto régimen colonial que lo condenó a seis años de infernal quehacer junto a otros de su generación, mientras el grillete oprimía el tobillo y las cadenas atadas a una pesada carga hacía más largo el camino recorrido cada día.
El recuerdo se hace ahora más perceptible y permanece en la memoria de quienes aprecian la escultura de bronce, a tamaño natural realizada por el artista José Villa Soberón, precisamente en homenaje a Martí y en la Fragua Martiana, antigua zona de las canteras situadas en calle Príncipe entre Espada y Hospital, en Centro Habana.
Otros sitios del entorno de la ciudad marcan un hito en el conocimiento de la fructífera vida del autor intelectual del Moncada, como definiera a Martí el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, por lo que es imprescindible mencionar la estatua de mármol blanco ubicada en el Parque Central e inaugurada el 24 de febrero de 1905.
Igualmente el Memorial José Martí, justo en la avenida de Rancho Boyeros y Paseo, destaca como sitio emblemático y reconocido en el mundo, porque es allí, en la plaza de la Revolución, donde el pueblo unido proclama consignas de apoyo a las conquistas logradas durante más de medio siglo de soberanía nacional, lograda en enero de 1959.
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