Apuesta por el futuro de urbe industrial


Foto: Archivo Radio COCO

Autora: Caridad Labrada Curbelo

Para apostar con seguridad por el futuro desarrollo económico sostenible y las posibilidades de inversión extranjera en Cuba, solo basta recorrer los pocos kilómetros que separan a La Habana de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) para acudir a la cita de un proyecto que avanza a paso de gigante.


Allí se corrobora el impresionante esfuerzo humano desplegado hace apenas tres años en el espacio ubicado exactamente al norte y extremo oriental de la provincia de Artemisa, como parte del valor agregado al macro proyecto gubernamental de una inversión millonaria que hoy cuenta con una moderna terminal de contenedores, con capacidad y prestaciones para la operación de buques Super-Post-Panamex.

Al apreciar desde lo alto de una colina el pintoresco paisaje, alguien recuerda los apuntes históricos del otrora cacicazgo aborigen de Guaniguanico a la llegada de los españoles, por lo que Mariel es hasta nuestros días el nombre del poblado cabecera municipal, de la bahía y puerto donde se sientan las bases para incrementar las exportaciones cubanas y generar nuevas fuentes de empleo.

De ahí la importancia de la puesta en marcha también del Decreto Ley de Inversión Extranjera en Cuba que, junto al potencial de capital humano altamente calificado y el marco regulatorio seguro para la llegada de los inversionistas, son razones convincentes y de atractivo nada despreciable para acceder a la puerta empresarial abierta en la isla del Caribe.

Sobre el particular existe información precisa en www.zedmariel.com y así lo ha reiterado en disímiles ocasiones Ana Teresa Igarza Martínez, directora general de ZEDM, quien destaca el interés de empresas foráneas y nichos comerciales que se centran en proyecciones relacionadas con energías renovables, industria alimentaria, producción de artículos de aseo e higiene, entre otros.

De acuerdo a estos fines ya existen un centro de negocios donde puede verificarse el interés por propiciar la transferencia de tecnología avanzada, know-how y habilidades gerenciales, mediante lo cual es posible favorecer los encadenamientos productivos con empresas nacionales, además están creadas las primeras capacidades de almacenaje en la zona de actividades logísticas.  

El movimiento de tierra actual de la segunda etapa constructiva prevé la urbanización de parcelas en las que se establecerán los primeros usuarios, mientras inversionistas del mundo crecen en sus expectativas de participación en la apuesta por el futuro de lo que será la mayor urbe industrial de Cuba.

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