Alba-TCP, eficaz herramienta contra el ébola |
La Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba -TCP), celebrada en La Habana, para enfrentar la epidemia del ébola, volvió a demostrar el liderazgo indiscutible de ese mecanismo de integración, y de los gobiernos progresistas de la región, en los asuntos cruciales que preocupan a la humanidad.
Lo primero que se debe notar es la rapidez
de la reacción ante el brote de la terrible enfermedad, incluso antes de que
exista ningún caso en toda esta extensa área geográfica.
Lo segundo, y muy importante, es que la
reunión tomó larga distancia de lo que suelen ser muchas cumbres en este mundo,
al dejar de lado toda palabrería inútil y concentrarse en acciones concretas,
como queda bien demostrado en la declaración aprobada por unanimidad,
que convoca, para fechas tan cercanas como los días 29 y 30 de octubre, a una
reunión técnica de especialistas y directivos de los países del Alba-TCP para
intercambiar experiencias y conocimientos, así como concertar estrategias de
prevención y enfrentamiento a la amenaza de la epidemia del ébola.
Además de este encuentro, que también tendrá
sede en La Habana, la cumbre encargó a los ministros de Salud de los países
miembros la elaboración de un plan de acción, que deberá ser presentado a la
consideración de los jefes de Estado y Gobierno, “a más tardar el día 5 de noviembre
de 2014”, y su aplicación inmediata.
Los acuerdos de la cumbre no se limitan a
las fronteras regionales, sino proyectan proposiciones de colaboración al resto
del mundo y priorizan el apoyo solidario y desinteresado, sin condicionamiento
de ningún tipo, a los países africanos, víctimas de la epidemia.
En tal sentido, el documento llama a
“fomentar la cooperación en la esfera del enfrentamiento y prevención del ébola
con otros países del hemisferio y emprender aquellos programas conjuntos que
contribuyan a lograr ese fin”, y más adelante ofrece colaborar con las
iniciativas de Naciones Unidas y sus organismos internacionales.
También reitera la voluntad de trabajar
conjuntamente, incluso con los vecinos del norte.
Por cierto, alguna prensa desinformada se
había asombrado de que el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, en su
más reciente artículo, titulado "La hora del deber",
hiciera la “inédita” proposición de cooperar con el personal de los Estados
Unidos en la lucha mundial contra la epidemia, como si no fuera una oferta
reiterada por Cuba (e ignorada por Washington),
a lo largo de todos estos años, por ejemplo, el 11 de septiembre de 2001, en
ocasión del derribo de las “Torres Gemelas”, o cuando el huracán Katrina asoló
a Nueva Orleans, el 19 de
septiembre de 2005, por solo citar ejemplos.
A propósito, la declaración insta a “apoyar
decididamente a las brigadas médicas voluntarias especializadas en el
enfrentamiento a desastres y grandes epidemias, del Contingente Henry Reeve de
la República de Cuba, que laboran en países de África, contingente que fue
formado, precisamente con el fin de ayudar a las víctimas del Katrina.
Y la proposición fue reiterada por el
presidente cubano, Raúl Castro, en su breve discurso inaugural,
al “ratificar que Cuba está dispuesta a trabajar codo con codo, con todos los
países, incluyendo los Estados Unidos”.
El documento también pone de relieve un
principio que constituye una gran fortaleza del Alba, al conceder tratamiento
preferencial a las naciones de menos recursos económicos y, por ende más
vulnerables, cuando precisa: “Atender con prioridad las necesidades especiales
de los hermanos países del Caribe”.
Otro de los muchos aspectos destacables de
la reunión fue identificar, en la voz de varios presidentes, la verdadera causa
del brote del ébola en África Occidental: la miseria, derivada de la terrible
explotación a la cual fue sometido el continente, durante siglos de coloniaje y
de neocolonialismo.
La cumbre dejó bien claro que sus propósitos
no se limitan a evitar la entrada del ébola a esta región, sino también a
brindar toda la ayuda posible a esos pueblos africanos.
El encuentro de La Habana tampoco se limitó
a medidas de control en puertos y aeropuertos y otras de ese corte, sino fue
más allá, a sentar bases que pueden servir para establecer bases firmes, que
puedan erradicar el peligro, como “contribuir a la formación de personal de
salud especializado en la prevención y enfrentamiento al ébola en los países
del Alba-TCP y del Caribe”, y “crear un grupo de profesionales de diferentes
especialidades para la capacitación del personal de salud en los temas de
bioseguridad, incluido el uso de equipos de protección personal ante casos
sospechosos o confirmados de ébola, la atención a las enfermedades hemorrágicas
y al paciente en estado crítico, que puedan convertirse en facilitadores y
asesores en sus respectivos países”.
Por último, y no menos importante, llamó a
“diseñar y ejecutar campañas de educación pública sobre la prevención y la
respuesta al ébola, dirigidas a aumentar la preparación de la población y
fomentar su confianza”, con lo cual se contrapone a la propaganda tremendista,
superficial y desmesurada que caracteriza al actual tratamiento del tema por
parte de muchos medios.
Son muchas las lecciones que ofrece esta
cumbre extraordinaria del Alba-TCP, que el lector interesado podrá encontrar en
los documentos y discursos, disponibles en el sitio http://albatcp.cubaminrex.cu/.
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